El Secretario de Relaciones
Institucionales del Centro de Estudios de los Intereses Nacionales(CEIN), José
Valle, ideólogo de la cruzada por incrementar la difusión del tango y el
folklore en los medios masivos de comunicación, manifestó: “Todos los que
formamos parte, de una u otra forma, del mundo cultural debemos luchar para que
se difunda más tango y folklore en los medios. Juntos podemos lograrlo ya que
desde que comenzamos a promocionar esta campaña muchísima gente y hasta algunos
medios de comunicación se han hecho eco.
El tango y el folklore son expresión
genuina de la tradición argentina que atravesó los últimos 150 años historia, y
de todas aquellas costumbres y valores culturales que los definen,
integrando un universo más que musical y que hace y contribuye a la exaltación
de nuestro acervo histórico en lo artístico como un verdadero eje constitutivo
de nuestra identidad Nacional.
Tenemos en nuestro país relevantes y
trascendentes hechos vinculados al tango y el folklore, cimiento cultural de
nuestro pueblo e integrante de nuestro universo musical, la música de todos,
que no sólo nos permiten identificarnos como miembros de una misma nación sino
que nos representan también en el mundo entero.
En síntesis, la riqueza musical del
Folklore y del Tango y todo lo que ha significado
históricamente para los argentinos (incluyendo sus repertorios,
evoluciones socio-históricas, creadores, intérpretes y el alto nivel
poético-musical de ambos lenguajes) justifica su difusión en los medios masivos
de comunicación.
José Valle
Así como un infante tatarea o intenta
cantar música extranjera que escucha continuamente en radio, tv u otro medio,
es esperable que haga lo mismo con nuestra música regional si la selección
musical desde los mismos defiende un poco más los intereses y la identidad
nacional, incluyendo dentro de su programación -compartiendo con sones de otras
latitudes- nuestra música.
Es importante que desde la primera
infancia los niños se familiaricen con la música de su país porque sus letras y
sonidos esconden el espíritu, historia y sentimientos del mismo; transmiten, de
forma divertida e inconsciente, conocimientos que hacen al ciudadano de
una nación.
Además, el conocimiento de las músicas de
cada rincón del país hace a la integración de las mismas y al intercambio de
vivencias que desde la historia, costumbres, clima y geografía diferencian a
este extenso y hermoso territorio argentino.
Difundir el arte argentino, en cualquiera
de sus disciplinas, debe ser preocupación de toda la sociedad y acción
indelegable del Estado en su afán por fortalecer los lazos con la propia
cultura y reconstituir un tejido social que permita a nuestros jóvenes
simbolizar el presente desde la perspectiva de la historia vivida”.
Son muchas las anécdotas que se pueden recordar y que hacen a hechos en las que Domingo Faustino Sarmiento fue protagonista.
Elegimos solo algunas de ellas para recordar a quienes muchos llaman: "el gran sanjuanino".
En 1830 Sarmiento fue soldado en las tropas unitarias al mando del Coronel Indalecio Chenaut quien se opuso a otorgarle un ascenso. Ya presidente de la República se volvió a cruzar con su ex-superior y le dijo: -Oh mi coronel Chenaut ¿Se acuerda que usted me negó un ascenso a capitán? –Pero señor presidente, usted era muy joven. –¡Confiese que cometió una injusticia! -¡Señor! –Pues me las pagará. A los pocos días Sarmiento "se vengó" pidiendole al Senado el ascenso del Coronel al grado de general.
En 1831, con sólo veinte años Sarmiento debió partir hacia Chile por no compartir las ideas de Rosas. Durante su exilio ejerció los más diversos oficios: escenógrafo, minero, mozo, periodista... También trabajó en una chacra cuyo dueño comentó una vez: -Tengo un capataz loco que se pasa horas leyendo en voz alta entre los árboles. Cuando se le pregunta qué lee, dice que está estudiando para ser presidente de la Argentina.
En 1856 Sarmiento era Inspector general de escuelas llegó a un establecimiento y comprobó que los alumnos eran buenos en geografía, historia y matemáticas pero flojos en gramática y se lo hizo saber al maestro. Este asombrado le dijo, no creo que sean importantes los signos de puntuación. –Que no! Le daré un ejemplo. Tomó una tiza y escribió en el pizarrón: "El maestro dice, el inspector es un ignorante". -Yo nunca diría eso de usted, señor Sarmiento. –Pues yo si, dijo tomando una tiza y cambiando de lugar la coma. La frase quedó así: "El maestro, dice el inspector, es un ignorante."
El 22 de agosto de 1873, siendo presidente, Sarmiento sufrió un atentado mientras se dirigía hacía la casa de Vélez Sarsfield. Cuando pasaba por las actual esquina de Corrientes y Maipú, una explosión sacudió su coche. Don Domingo no escuchó nada porque ya padecía una profunda sordera. Los autores fueron dos anarquistas italianos, los hermanos Francisco y Pedro Guerri que confesaron que fueron contratados por hombres de López Jordán. El atentado falló porque a Francisco Guerri se le reventó el trabuco (especie de pistola) en la mano. Sarmiento salió ileso del atentado y se enteró porque se lo contaron después.
Como presidente, Sarmiento solía visitar sorpresivamente los hospitales para ver cómo funcionaban y cómo atendían a la gente. Un día, visitando el hospital psiquiátrico notó que un grupo de internados charlaban en el patio. Se acercó a ellos y le dijo: "¡Bienvenido! Yo sabía que el loco Sarmiento iba a terminar entre nosotros!"
En el invierno de 1888 se trasladó al clima cálido del Paraguay, desde allí le escribió a su amada Aurelia Vélez, la hija de Dalmacio Vélez Sarsfiled, autor del Código Civil: "Venga al Paraguay y juntemos nuestros desencantos para ver sonriendo pasar la vida. Venga, que no sabe la bella durmiente lo que se pierde de su príncipe encantado". Murió el 11 de septiembre de ese año, en Paraguay, como su hijo Dominguito. Pidió que sus restos fueran envueltos con las banderas de Argentina, Chile , Paraguay y Uruguay.
El eximio pianista y compositor que revolucionó la forma de componer y tocar el tango tuvo su merecido lugar en el Festival de Tango de la Ciudad de Buenos Aires con el espectáculo “Nostalgias, tres ciudades” protagonizado el pasado sábado por los jóvenes intérpretes Gaby “La Voz Sensual del tango”, Esteban Riera, Pablo Gibelli, el pianista y arreglador Norberto Vogel y los bailarines Natalia Gastaminza y Gustavo Rodríguez.
El homenaje, producido e ideado por José Valle para Dandy Producciones, se brindó en la impactante “Usina del Arte” situada en el barrio de La Boca (Avenida Pedro de Mendoza entre y Caffarena Av. Benito Pérez Galdos). A las 15 hs en el Auditorio de la Usina, se ofreció el concierto de Horacio Lavandera y a su término se inició el show en memoria del gran pianista de porte imponente y pulso inigualable para la creación sobre las teclas del piano.
Gaby
Desde todos los puntos de la enorme usina, incluyendo las numerosas escaleras y desniveles, podía verse el escenario montado para “Nostalgias” en uno de los balcones del Anexo Pedro de Mendoza que asoman sobre el Salón Dorado con barandas originales completamente restauradas. Allí comenzaron a sonar las primeras notas de “Shusheta” interpretado por la llamativa morocha bahiense, Gaby, y bailado por Natalia y Gustavo en el Salón Dorado, cuyas fachadas internas revestidas en piedra Paris y basamento de granito con molduras y capiteles, fueron marco de lujo para los pasosde los ágiles bailarines, finalistas del Mundial 2012 en el rubro de Tango Salón.
A continuación, fue el turno del cantor Esteban Riera, portador de una dúctil, clara y afinadísima voz, quien interpretó los tangos “Rubí” y “Nieblas del Ricahuelo”.
Otra de las talentosas voces que engalanaron el espectáculo fue la de Pablo Gibelli, expresivo cantor de la Provincia de Buenos Aires que sorprende por sus inteligentes matices y adaptación a diferentes ritmos, que nos dejó “El cantor de Buenos Aires”.
Riera
La evocación del pianista nativo de la ciudad de Pigüé, tuvo su expresión más cercana cuando el maestro Norberto Vogel interpretó en versión instrumental el tango “Mi refugio”. El piano, delicadamente acariciado por su ejecutante trajo a la memoria de quienes algo conocen de Cobián, la imagen de aquel innovador que encontró en el tango romanza su expresión para el género: piezas “para escuchar”, para deleitar el oído con exquisitas combinaciones de notas y armonías, que para algunas mentes pequeñas no era tango.
Gibelli,Vogel,Valle,Gaby,Riera,Natalia y Gustavo
Gaby explicó a los concurrentes el tándem de homenaje realizado al músico en las tres ciudades que marcaron su vida: Pigüé donde nació, Bahía Blanca donde se inició profesionalmente y Buenos Aires, ciudad que lo consagró como uno de los más grandes del género. Asimismo, al mencionar el paso de Cobián por Bahía Blanca (quien vivió allí desde los 3 hasta los 17 años) contó la historia del tango “La casita de mis viejos”, hogar de la familia Cobián que existió en Moreno 310 de esa ciudad, para luego interpretar la pieza.
Otros tangos cantados por la joven bahiense fueron: “El motivo”, “Nostalgias” y “Los mareados” (a dúo con Riera) que fue el cierre del homenaje.
Bravo por la juventud, por los emprendedores, por quienes rescatan la memoria, por la organización del Festival de Tango de la ciudad de Buenos Aires, bravo por Juan Carlos Cobián ¡Bravo por el tango argentino!
Fue el hombre que, sin proponérselo, sirvió de excusa para que los padres obligaran a sus hijos pequeños a tomar la sopa, porque si no el miedo sería más fuerte: Narciso Ibáñez Menta, el actor que impuso el género del terror en la Argentina, mañana cumpliría cien años. Dueño de una máscara poderosa y temible que, junto con su tono de voz tan particular, causaban escalofríos en quienes presenciaban alguna obra suya, brilló en el teatro, el cine y la televisión. Y dejó una marca imborrable en varias generaciones, algunas de las cuales crecieron con sus memorables interpretaciones. Había nacido el 25 de agosto de 1912 en Asturias, producto del matrimonio de Narciso Ibáñez y Consuelo Menta, quienes eran artistas y, entonces, lo condujeron al estrellato casi desde la cuna. Su filmografía abarca 37 películas, aunque el cine no fue el espacio donde más desplegó el género del terror. Más bien, el medio donde sus personajes maléficos causaron estragos fue la televisión, que lo terminó consolidando como un referente del género, clasificación de la cual el propio Ibáñez Menta con el tiempo buscaría liberarse. Una cifra redonda marca el camino recorrido desde el momento en que apareció por los aparatos de rayos catódicos: 25 fueron las series que protagonizó.
Infancia en las tablas
¿Actor por elección? Esa es la pregunta que cualquiera puede hacerse cuando indaga cómo eligió Ibáñez Menta dedicarse al espectáculo. “Hay dos posturas a seguir: fue una vocación propia o bien, como yo pienso, fue una adaptación a circunstancias ineludibles, porque él tenía que acompañar a sus papás al teatro desde la panza de su madre”, comenta Graciela Restelli, una de las personas que más conocen la vida del asturiano y que investigó en el libro Esencialmente un hombre de teatro. “El fue viendo todo ese mundo. No vivió virtualmente otro mundo que no fuera el del teatro. Lo que sí disfrutaba era hacer imitaciones, improvisaciones en el escenario cuando era chico. Eso, para él, era una disfrute”, señala Restelli.
Con la compañía de sus padres, viajó por varios países. Hasta que llegaron a la Argentina. Los más memoriosos recordarán el nombre de esa compañía: Narcisín. Un empresario lo bautizó así porque había dos personas con el mismo nombre en la cartelera de las obras: su padre y él. El problema se generó cuando el niño comenzó a causar más interés que los actores adultos y la prensa llenaba los titulares con comentarios de ese niño prodigio. “Pero empezó a mutar a las transformaciones, a lo que es la máscara, cuando comenzó a crecer y como para que la gente no dijera ‘Narcisín, el niño prodigio’”, comenta Leandro D’Ambrosio, autor del libro El artesano del miedo, que se reeditará próximamente. Es que la actuación en el género de terror fue una manera de tomarse revancha por los papeles inocentes de su infancia. “Ibáñez Menta decía siempre: ‘Yo quise matar a Narcisín y no había otra forma de matarlo que con un monstruo’.” Darío Lavia –responsable del sitio Cinefania.com, sobre cine fantástico y de terror– agrega que “lo que más le gustaba era el folletín antes que el terror. Y una manera que encontró de hacer que la gente dejara de verlo como Narcisín, ya siendo una persona de más de veinte años, fue realizando esos papeles”.
Las máscaras en el escenario
Luego de unas temporadas en Buenos Aires, Narciso Ibáñez Menta se radicó en la Argentina por más de tres décadas, desde enero de 1931 hasta diciembre de 1963, cuando se volvió a España. Luego regresaría esporádicamente al país, aunque se sintió un tanto defraudado cuando no se concretó la puesta de Ricardo III en el Teatro San Martín, a pesar de que estaba todo planificado. “En 1933 hizo El hombre y la bestia tomando como modelo la caracterización que John Barrymore había hecho para la película. Fue muy comentada la obra después del estreno en el Teatro Apolo. Y luego, al año siguiente, hizo El fantasma de la Opera y El jorobado de Notre Dame, tomando como modelo las caracterizaciones de Lon Chaney”, destaca Restelli. No hacía cualquier papel, sino personajes que ya habían sido consagrados durante el cine mudo como, por ejemplo, los de las tres obras mencionadas.
A diferencia de lo que sucede en la actualidad, cuando prácticamente el terror está al servicio de los efectos especiales, Ibáñez Menta, si bien se caracterizaba, sobresalía más que nada por la composición interior y la psicología de los personajes que encarnaba. Gustavo Mendoza, director del notable documental Nadie inquietó más –sobre la vida y obra de Ibáñez Menta–, subraya que el actor “decía que lo importante no es maquillarse por fuera sino por dentro. En muchas películas se ve a un actor maquillado, pero se nota que es un tipo disfrazado, pero cuando ves a alguien que, a través del maquillaje y de su actuación, puede llevar un personaje y que te dé miedo por su personalidad y por la manera de actuar, ahí está la diferencia entre un actor y alguien que tiene puesto un disfraz”. De todos modos, Lavia comenta que, igualmente, Narciso utilizaba efectos especiales. “En las obras de teatro hacía trucos visuales. Por ejemplo, en una escena de Miguel Strogoff, al personaje le ponen un hierro caliente y lo ciegan, que es algo que figura en la novela de Julio Verne. Y él hizo un truco que consistía en que le apoyaran una espada, y alguien detrás de escena tenía que echar un pedazo de carne a la plancha; entonces, el sonido era de fritura de carne. Y también se olía la carne quemada.” Lavia recuerda que desde los años ’20, el terror tenía que ver con el monstruo y, por lo tanto, los actores tenían que tener un maquillaje monstruoso. “Y eso, Ibáñez Menta también lo entendió y lo hizo”, comenta. Pero en el teatro también hizo clásicos como La muerte de un viajante, de Arthur Miller, y Manos sucias, de Jean-Paul Sartre.
El recorrido por el Séptimo Arte
El inicio de Narciso Ibáñez Menta en el cine argentino se produjo por partida doble en 1942, cuando dio el sí para participar en dos films de Manuel Romero: Una luz en la ventana e Historias de crímenes. D’Ambrosio sostiene que Una luz... es considerada la primera película de terror de la Argentina. “En ese momento, la prensa decía: ‘Al fin debutó Ibáñez Menta en cine’. Era como que la misma industria cinematográfica estaba esperando que él apareciera porque ya tenía bastante fama teatral. Sin embargo, esa es una peliculita dentro de su filmografía”, considera el autor de El artesano del miedo. Mendoza va más lejos que D’Ambrosio y, según su información, “hasta se dice que es la primera película de terror su-damericana. Ahí hacía el papel de un acromegálico, una suerte de científico loco que le quiere sacar la glándula pituitaria a una chica que él contrata. Después, aparece un galán y la protege. Es una película muy divertida. Es la primera película donde Narciso ya aparece como un actor asociado al género fantástico y de terror”, destaca Mendoza.
Para D’Ambrosio, la primera película “importante” que realizó Narciso fue Cuando en el cielo pasen lista, donde interpretó al educador William Morris. “Pero la mejor de todas creo que fue Almafuerte, sobre la vida de este poeta muy criticado en su momento. El tiene muchas transformaciones de maquillaje y es una muy linda biografía”, dice D’Ambrosio. Otro film ineludible en la carrera cinematográfica de Ibáñez Menta fue La bestia debe morir. Restelli cree que forma parte de las vitrinas de sus éxitos y que además, “en ese largometraje actuó su segunda esposa, Laura Hidalgo, y él hizo la adaptación del libro. Fue una película muy bien hecha para su época”. Luego de considerar que es “extraordinaria”, D’Ambrosio señala que no es una película de terror, pero que tiene mucho de policial porque refiere a una venganza. “Es un hombre que jura vengarse de la persona que atropelló a su hijo, la busca incesantemente hasta que la encuentra. Tiene muy buenas actuaciones. Es una película que, sin ser de terror, es oscura y muy interesante.”
De todos modos, hay quienes consideran a Obras maestras del terror como la película más importante de este género en la Argentina. “Es una película notable, con grandes actuaciones y tiene buena dirección. Hoy uno la puede ver y no perdió mucha vigencia”, considera Lavia sobre este film que dirigió Enrique Carreras, cuyo nombre despertó más de un debate acerca de si efectivamente fue el responsable del rodaje. “Para mí, la dirigió Carreras. Lo que pasa es que como la gente tiene asociado a Enrique Carreras con un mal director por las películas que hizo en los últimos años, se olvida de que también dirigió películas buenas”, explica Lavia. Obras maestras del terror fue previamente un programa televisivo que había resultado un éxito en 1959 por la pantalla de Canal 7, cuya puesta en escena la hicieron el propio Narciso y su hijo, Chicho Ibáñez Serrador, quien también hacía los libros y las adaptaciones. “Entonces, habiendo hecho previamente en televisión las tres historias que componen la película, Carreras habrá dejado hacer lo que ya habían hecho. Además, Narciso tenía cuarenta años de carrera, sabía de puesta en escena, había sido director teatral. Entonces, Carreras fue el director, pero las cosas que tenía que armar Narciso, lo dejaba hacer.” Lavia establece una comparación con las películas de los Hermanos Marx, que todas tenían directores, pero se considera que los autores de las películas son los Hermanos Marx, a pesar de que ellos sólo actuaban.
Más terror catódico
Además del programa mencionado, Ibáñez Menta triunfó con el género del terror especialmente en la TV argentina. Es difícil elegir uno, pero muchos creen que El fantasma de la Opera –versión en serie del folletín de Gastón Leroux– fue su mayor éxito televisivo. A tal punto que, según comenta Lavia, “se decía que los cines empezaban las funciones más tarde porque la gente, a la hora que la daban, estaba viendo televisión”. Era el boom de la compra de televisores y El fantasma... fue la gran apuesta del nuevo Canal 9. Restelli también coincide en que fue tal el éxito “que los teatros también pedían por favor cambiar de horarios para las funciones porque los sábados no aparecía nadie, ya que tenían que ver El fantasma de la Opera, de Narciso Ibáñez Menta, en televisión, que iba a las 22 por Canal 9. Así que fue una revolución en los medios porque también tomaba la misma caracterización que había hecho para el teatro”.
A pesar de que se emitió sólo una temporada, se dice que tenía tal calidad técnica que, incluso, fue uno de los pocos programas que se grabaron dentro del Teatro Colón. “Consiguieron el permiso y filmaban a la madrugada. Se habla de que había un gran despliegue de actores, de escenografía, de vestuarios y aparte la composición del rostro de Eric, que Narciso la mantuvo en secreto, ya que prácticamente no dejó sacar fotografías. Y treinta años después se descubrieron dos fotos que un fan le sacó a la pantalla del televisor. Eso da una idea del fanatisno que despertaba Ibáñez Menta en aquella época”, comenta D’Ambrosio, quien si bien es consciente de que El fantasma... es considerado un programa de culto en la televisión, también menciona otro al mismo nivel, como El muñeco maldito (1962). “Beatriz Día Quiroga, que fue la intérprete femenina en El fantasma de la Opera y en El muñeco maldito, dijo que éste programa lo superó técnicamente. Y para fines de la década del ’60, los que vieron El hombre que volvió de la muerte hablan de ese programa inolvidable.”
Si los tres vértices El fantasma de la ópera, El muñeco maldito y El hombre que volvió de la muerte conformaron el triángulo de grandes éxitos televisivos de Ibáñez Menta, los años ’80 fueron el momento del declive con El pulpo negro, que se emitió en 1985. D’Ambrosio explica que al verlo hoy “llorás porque tiene muchas fallas técnicas. Y es un programa fallido, lo que no quita que, en su momento, tuvo mucha audiencia. Era un programa que superaba los 20 puntos de rating”. Lavia, en cambio, explica que al estar perdido el 90 por ciento del material no sólo de Ibáñez Menta, sino de la televisión argentina, “no se puede hacer una evaluación así”. En su esencia, El pulpo negro “es un folletín, que es el género que más le gustaba. Tiene partes policiales, fantásticas, de terror. Y en su momento fue muy exitoso porque el último episodio era el comentario de la gente al otro día. Fue muy exitoso, lo que pasa es que no envejeció bien. Cuando lo empezaron a repetir no tenía tanta calidad como anteriores trabajos de él”.
La historia de la radiofonía local se remonta al episodio mágico y aventurero que emprendió el grupo de pioneros encabezado por Telémaco Susini, conocido como los Locos de la Azotea, el 27 de agosto de 1920, cuando desde la azotea del teatro Coliseo transmitieron Parsifal, de Richard Wagner.
El camino recorrido permite observar qué ha sucedido en la radio con todo ese conglomerado de figuras que trabajó y lo sigue haciendo con fervor poco común.
Una de las mayores innovaciones que se han producido a nivel tecnológico fue la aparición de la FM, que durante años emitió sólo música. Hoy eso ha variado y la FM ha tomado muchos contenidos y formatos de la AM y en algunos casos hasta cuesta diferenciarlos. Otros siguen fieles a determinados estilos musicales.
A la hora de señalar las grandes cambios de los últimos años, es de observar que el zapping, palabra tan ligada a la TV, ahora también aparece en el dial. Existe por supuesto cierta fidelidad a tal o cual emisora, pero en los últimos años la audiencia sigue más a los conductores y programas que a la emisora propiamente dicha.
Si bien en sus inicios la radio daba preponderancia a ciclos humorísticos, musicales y de ficción, últimamente casi han desaparecido. Aunque en cada ciclo aparece un humorista. Saludamos a ese grupo, en su mayoría de jóvenes, como Ariel Tarico, Rolo Villar, Martín Bilyk, Claudio Rico, David Rottemberg, Alacrán, Adrián Stoppelman, Walter López, Marcelo Ruiz Díaz, Alejandro Gardinetti y otros.
Otro tanto sucede con el género de la ficción tan ligado años atrás a los clásicos radioteatros donde se destacaron sin duda los nombres de Nené Cascallar y Alberto Migré. Hoy casi no existen como tales, sólo queda el que dirige Víctor Agú, los sábados, a las 22, en Radio Provincia, con Nora Cárpena como cabeza de compañía. Y hay que destacar que Pergolini, en su ciclo Cuál es, ofrece casi todos los días uno breve y diferente.
La revolución de estilo, contenido, formato y música la marcó sin duda la aparición de la Rock & Pop (la creación de Daniel Grinbank y su troupe integrada por Pergolini, Lalo Mir, Bobby Flores, Douglas Vinci, Elizabeth Vernaci y otros).
Como contrapartida, la radio estableció su prime time en la mañana, el más fuerte de 6 a 9 y el segundo de 9 a 12 o a 13, según las emisoras. Y definitivamente lo periodístico en la radio aparece hoy como lo más destacado y aquí figuran los nombres consagrados de radio, junto con otros que llegan desde la TV (porque a decir verdad todos desean hacer radio). Con mayor rigor periodístico o más volcados a la impronta humorística, resultan en general los más escuchados Magdalena R. Guiñazú, Marcelo Longobardi, Nelson Castro, Ari Paluch, Gustavo Silvestre, Juan Pablo Varsky, Beto Casella y Roberto Pettinato. Y en la segunda mañana: Oscar González Oro, Chiche Gelblung, Héctor Larrea (con 50 años de trayectoria, en los que alternó la mañana y la tarde), Víctor Hugo Morales, Jorge Rial, Luis Majul (todos y cada uno, poniendo su sello y estilo personal a sus programas).
NOMBRES QUE SON AMORES
Tan importante se ha vuelto la radio que la audiencia identifica a los conductores por su nombre o apodo. "Yo escucho a Beto Badía", decían sus oyentes; "Yo, a Magdalena", dice otro. Así, en una larga lista que incluye a Chiche (Gelblung), Nelson (Castro), Fernando (Bravo), "Negro" (González Oro), Mario (Pergolini), Lalo (Mir), Matías (Martin), Andy (Kusnetzoff), Eduardo (Aliverti), Pepe (Eliaschev), "Cholo" (Gómez Castañón). Y muchas veces sólo por el apellido, como el caso de Jorge Lanata.
También reconocen las cortinas musicales, sus frases más habituales y esperan sus editoriales.
Las tardes se han vuelto también muy competitivas y en algunos casos la FM compite de igual a igual con la AM. El horario del regreso es otra innovación que marcó un punto de inflexión en los diagramas artísticos tanto de AM como de FM y resultan muy escuchados.
Otro dato para destacar cuando pensamos en muchos años atrás es que las noches estaban pobladas por voces femeninas, muy sensuales y "ratoneras", como Nora Perlé, Betty Elizalde o Nucha Amengual, con ciclos que todavía se recuerdan. Hoy no están en esa franja y la oferta es muy variopinta y cambiante, salvo en el caso de Dolina, que se instaló desde hace ya muy largos años en la trasnoche y que, aunque cambió de emisoras, con diferente repercusión, sigue fiel a su estilo e impronta humorística cultural, y el público le sigue siendo fiel.
EL OYENTE, ESTE OTRO PROTAGONISTA
Sin duda los grandes protagonistas de la radio de los últimos veinte años son los oyentes, que comenzaron y siguen cobrando un protagonismo que a veces se vuelve exagerado. Ellos opinan no sólo de consignas, sino también de todo, incluso de los problemas y circunstancias que plantean otros oyentes. Es decir que se apela mucho más seguido a la improvisación, dado que en la mayoría de los casos no se sabe qué propondrán o dirán. Y así se abandona un elemento que años atrás era imprescindible en cualquier tipo de programa: el libreto. Esto ¿es bueno o malo? Todo depende del uso o del abuso que se haga de ello.
La llegada de Internet, que revolucionó al mundo y también a la radio, trajo aparejada la utilización de la cámara web, que está en funcionamiento en la mayoría de las emisoras. Comenzando este breve repaso de la radio enfatizamos sobre "la magia de la radio", porque la gente imaginaba cómo era cada uno de los que escuchaban; ahora una gran mayoría puede observar cada uno de los personajes de la radio. La vigencia de la radio no se pone en duda, pero ¿la magia sigue intacta?
Este concierto dedicado al genial pianista y compositor Juan Carlos Cobián es el capítulo final de un ciclo de homenajes iniciado el 31 de mayo del corriente año, que tuvo como eje las tres ciudades que marcaron su vida: Pigüé, donde nació; Bahía Blanca, donde se inició profesionalmente y Buenos Aires, donde logró la consagración definitiva. Con la producción artística de José Valle, Nostalgias recorre su obra con las voces de Gaby, “La voz sensual del tango”, Esteban Riera y la participación especial de Pablo Gibelli y los bailarines Gustavo y Natalia. El pianista Norberto Vogel es el responsable de los arreglos y del acompañamiento.sabado, 25 de agosto a las 16hsen lausinadel arte de
la Ciudad de Buenos Aires,Av. Don Pedro
deMendoza501 (y Agustín R.Caffarena).
Cobián
Usina de las Artes es un centro cultural y sala de espectáculos que ocupa el edificio de la vieja Usina Don Pedro de Mendoza en el barrio de La Boca , un nuevo espacio cultural diseñado para la música, la danza y la plástica, en el edificio de la ex Italo, ubicado en el barrio de La Boca. El renovado complejo ocupa una superficie de 15.000 metros cuadrados y cuenta con una sala para conciertos filarmónicos con capacidad para 1200 personas y otra para orquestas de cámaras con 400 butacas. También dispone de espacios para la realización de espectáculos de danza, exhibiciones de artes plásticas, muestras y exposiciones
Por una Cabeza quedó en la historia como símbolo del alma burrera, como un himno que acompaña a las distintas generaciones que han pasado por el Hipódromo Argentino de Palermo, un reducto lleno de anécdotas populares desde 1876 a la fecha.
El 7 de mayo del año mencionado fue inaugurado con una concurrencia, según los libros de historia, de 10.000 personas.
Desde ahí hasta hoy hubo jornadas de 70 y 80 mil personas.
El escenario hípico tuvo y tiene una jerarquía mundial como Longhcamps, de París, o los muy antiguos como Ascot y Empsom, ambos ingleses.
En la década del `40, `50 y `60 brilló en todos los aspectos.
Estaban los ricos, de la Tribuna oficial, la clase media, en la Tribuna Especial y la clase baja, los pobres en la Popular. Y la fiesta de un gran Premio Nacional estaba más allá de las diferencias sociales.
Si bien es cierto que la conducción del hipódromo pasó muchas veces por personas de doble apellido, o de gran abolengo, el alma del turf siempre estuvo en el `burrero de ley`, aquel que con el diario bajo el brazo cruzaba la Avenida Libertador para soñar con la ilusión de un caballito salvador.
Ese personaje anónimo, modesto y humilde fue el que sostuvo al turf Nacional y Popular. Sin ese tipo, nada.
El Gordo Aníbal Troilo, en los `40 y `50, se paseó muchas veces por la Tribuna Paddock, allí donde ambulan cuidadores, jockeys, jugadores de fútbol y artistas.
Y `Pichuco` caminaba con los bolsillos llenos de plata y le daba al primero que llegara. Ese sí que fue generoso. El primero que lo `mangaba`, se iba con algo en la mano para jugar. Y aunque nunca hizo ningún tango sobre el turf, Troilo fue un huésped de honor por su generosidad, bondad y simpatía.
El tango y el turf siempre estuvieron hermanados: Edmundo Rivero, Adolfo Berón (cantó la milonga "NP", una pequeña historia en tres minutos sobre un caballo que no agarró chapa en el marcador final) o Alberto Morán (el flaco iba cuando atraía multitudes con la orquesta de don Osvaldo Pugliese).
Y Cátulo Castillo, una de las plumas mayores del tango, solía darse una vuelta para jugar unos pesos sin perder la paciencia.
En su pista de arena corrió el más grande caballo de la historia del turf: Yatasto. ¿Quien no sintió hablar de sus hazañas? También lo hicieron Forli, Practicante y Telescópico. Todos cracks de primerísima línea. Como era de primerísima línea la postura de Irineo Leguisamo en un paseo. También la de Eduardo Jara. Lo mismo pasaba con Vilmar `Topo` Sanguinetti. Y hoy es la estampa de Pablo Falero o Jorge Ricardo.
El fútbol también tuvo que ver con la historia del turf y de Palermo. José Manuel `Charro` Moreno y Adolfo Pedernera, ambos en River y con escapadas cada dos por tres a jugar una "fija".
¿Quien, en su vida, no tuvo una fija? Más cerca en el tiempo supieron pasar por Palermo Héctor `Bambino` Veira, Juan Carlos Carone o Enzo Gennoni Según `Bambino` Veira, una vez jugó un caballo "que venía tan atrás que hasta la ambulancia lo había pasado".
Hoy son visitante más o menos asiduos, Alfio `Coco` Basile, Oscar `Pinino` Mas, Osvaldo `Chiche` Sosa y el otrora árbitro Guillermo Nimo, entre otros.
Pero ninguno como Angel Labruna, de los futbolistas que supieron pasar por el hipódromo. En la época en la que dirigía a River, de 1975 a 1980, el `Feo` llevaba la revista `La Rosa` a los entrenamientos de los jugadores `millonarios`.
"Tengo uno que no puede perder", le contaba a los futbolistas, según el relato actual de Roberto Perfumo.
Turf, tango y fútbol es un cóctel explosivo que sigue generando hechos, historias, anécdotas e ilusiones.
Cada vez que se pase por la esquina de avenidas Libertador y Dorrego, que se sepa que es un templo intocable para los porteños de ley. ¿Quién puede ignorar semejante historia Nacional y Popular? Nadie.
Federico García Lorca (Fuentevaqueros, 5 de junio de 1898 - Víznar, 19 de agosto de 1936). Poeta y dramaturgo español.
En 1915 comienza a estudiar Filosofía y Letras, así como Derecho, en la Universidad de Granada. Forma parte de El Rinconcillo, centro de reunión de los artistas granadinos donde conoce a Manuel de Falla. Entre 1916 y 1917 realiza una serie de viajes por España con sus compañeros de estudios, conociendo a Antonio Machado. En 1919 se traslada a Madrid y se instala en la Residencia de Estudiantes, coincidiendo con numerosos literatos e intelectuales.
Junto a un grupo de intelectuales granadinos funda en 1928 la revista Gallo, de la que sólo salen 2 ejemplares. En 1929 viaja a Nueva York y a Cuba. Dos años después funda el grupo teatral universitario La Barraca, para acercar el teatro al pueblo, y en 1936 vuelve a Granada donde es detenido y fusilado por sus ideas liberales.
Escribe tanto poesía como teatro, si bien en los últimos años se volcó más en este último, participando no sólo en su creación sino también en la escenificación y el montaje. En sus primeros libros de poesía se muestra más bien modernista, siguiendo la estela de Antonio Machado, Rubén Darío y Salvador Rueda. En una segunda etapa aúna el Modernismo con la Vanguardia, partiendo de una base tradicional.
En cuanto a su labor teatral, Lorca emplea rasgos líricos, míticos y simbólicos, y recurre tanto a la canción popular como a la desmesura calderoniana o al teatro de títeres. En su teatro lo visual es tan importante como lo lingüístico, y predomina siempre el dramatismo.
En la actualidad Federico García Lorca es el poeta español más leído de todos los tiempos.
Cronología de obras
Poesía
1918.- “Impresiones y paisajes” 1920.- “Suites” 1921.- “Libro de poemas” 1921.- “Poema del cante jondo” 1927.- “Canciones” 1927-1931.- “Viaje a la luna” 1928.- “Romancero gitano” 1929-1930.- “Poeta en Nueva York” 1931.- “Diván del Tamarit” 1931-1934.- “18 poemas breves” 1934.- “Llanto por Ignacio Sánchez Mejías” 1935.- “Primeras canciones” 1935.- “Seis poemas galegos” 1936.- “Sonetos del amor oscuro”
Teatro
1919.- “El maleficio de la mariposa” 1923.- “El misterio de los reyes magos” 1923.- “Mariana Pineda” 1923.- “La niña que riega la albahaca y el príncipe preguntón” 1923.- “Lola la comedianta” 1928.- “Teatro breve” 1929.- “Viaje a la luna” 1930.- “La zapatera prodigiosa” 1931.- “Tragedia de Don Cristóbal y la Señá Rosita” 1931.- “El retablillo de Don Cristóbal” 1931.- “Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín” 1931.- “Así que pasen cinco años” 1933.- “El público” 1933.- “Bodas de sangre” 1934.- “Yerma” 1935.- “Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores” 1936.- “La casa de Bernarda Alba” 1936.- “La comedia sin título” 1936.- “Los sueños de mi prima Aurelia" 1936.- “La destrucción de Sodoma”
Varios
“Granada. Paraíso cerrado para muchos” “Historia de este gallo” 1926.- “La imagen poética de Luís de Góngora” 1927-1928.- “Degollación del Bautista” 1927-1928.- “Degollación de los inocentes” 1927-1928.- “Suicidio en Alejandría” 1927-1928.- “Santa Lucía y San Lázaro” 1927-1928.- “Nadadora sumergida. Pequeño homenaje a un cronista de salones” 1927-1928.- “Amantes asesinados por una perdiz” 1927-1928.- “La gallina” 1928.- “Las nanas infantiles” 1929.- “Imaginación, inspiración y evasión de la poesía” 1930.- “Teoría y juego del duende” 1935.- “Charlas sobre teatro” 1935.- “De mar a mar” 1936.- “En homenaje a Luis Cernuda” 1936.- “Semana Santa en Granada”
Luego de Chacabuco, San Martín se permitió una venganza humorística contra los realistas . Un fanático fraile agustino, haciendo un juego de palabras, había predicado contra él durante el período de Marcó. "¡San Martín! ¡ Su nombre es una blasfemia!", había exclamado desde el púlpito sagrado. "No le llaméis San Martín, sino Martín, como a Martín Lutero, el peor y mas detestable de los herejes". Llamado a su presencia y con ademán terrible, fulminándolo con su mirada, lo apostrofó: "¡Como! ¡Usted me ha comparado a Lutero, quitándome el San! ¡Como se llama usted?" "Zapata, señor general", respondió el fraile, humildemente. "Pues desde hoy le quito el Za, en castigo, y lo fusilo si alguien le da su antiguo apellido". Al salir a la calle un correligionario le llamó por su nombre. El fraile aterrado, le tapó la boca y prorrumpió en voz baja: "¡No! ¡no soy el padre Zapata, sino el padre Pata! ¡ Me va en ello la vida!".
ESTOS LOCOS Para probar el temple de sus oficiales organizó una corrida de toros y los echó de lidiadores al circo, en celebración del aniversario del 25 de mayo: Al observar y aplaudir el temerario arrojo con que se portaron, dijo a O´Higgins, que estaba a su lado: "Estos locos son los que necesitamos para derrotar a los españoles".
LOS VINOS DE MENDOZA Manuel de Olazábal, jefe de escolta del Ejército de los Andes, cuenta que el General lo había invitado a comer junto con Mosquera un amigo colombiano y Antonio Arcos, jefe del Ejército de los Andes. "-Usted verá como somos los americanos que en todo preferimos lo extranjero-"le comentó. A los postres San Martín encargó unas botellas de vino mendocino y luego uno de Málaga. Cuando pidió la opinión a sus invitados, manifestaron su preferencia por el vino español, entonces riéndose, el anfitrión contó deliberadamente que había mandado a cambiar las etiquetas.
SAN MARTIN EL ABUELO Merceditas entró llorando en la habitación donde se encontraba el abuelo, lamentándose de que le habían roto su muñeca preferida y de que ésta tenía frío. San Martín se levantó, sacó del cajón de un mueble una medalla de la pendía una cinta amarilla y, dándosela a la nieta, le dijo: − Toma, ponle esto a tu muñeca para que se le quite el frío. La niña dejó de llorar y salió de la habitación. Un rato después entró la hija del prócer, madre de Merceditas, y dijo a San Martín: − Padre, ¿no se ha fijado usted en lo que le dio a la niña? Es la condecoración que el gobierno de España dio a usted cuando vencieron a los franceses en Bailén. San Martín sonrió con aire bonachón y replicó. − ¿Y qué? ¿Cuál es el valor de todas las cintas y condecoraciones si no alcanzan a detener las lágrimas de un niño?
UNA VALIENTE MADRE MENDOCINA Cercano a la ciudad de Mendoza está el campo “El Plumerillo”. Allí, el general San Martín, adiestra los batallones que días después atravesarán la mole andina, en pos de la libertad de Chile. Para la revista final de las tropas, San Martín se ha trasladado a la capital mendocina, vestida de fiesta para recibir al Gran Capitán. Un mendocino:- ¡Qué hermoso es todo esto! ¡Cómo lucen los uniformes de los granaderos! Una mendocina: - ¡Y qué bella se ve la bandera, ofrecida al general San Martín por las damas patricias. ! Un anciano: - ¡Con esta bandera al frente, nuestro ejército no perderá una sola batalla! Relator: - En este momento sale una mujer desde la multitud y se dirige hacia la tropa. En las filas del ejército libertador tiene a su esposo y a tres hijos. La dama mendocina (avanza hacia ellos y los besa).- ¡Qué Dios y la Virgen os protejan! Este escapulario que prendo en cada pecho será un escudo protector. ¡Nada de llanto! ¡Los valientes no lloran; solo saben luchar por su patria! ¡Ya veis: en mis ojos no hay una sola lágrima ! ¡Qué orgullosa estoy por haber dado a la Patria estos cuatro varones! El general San Martín (se acerca a la esposa y madre ejemplar y conmovido, le estrecha fuertemente la mano).- ¡Gracias, noble mujer! ¡Vuestro sacrificio no será en vano! ¿Ahora sé de donde sacan mis soldados tanta firmeza ! ¡Con madres como usted la Patria está salvada!
PREMIO POR OBEDIENCIA También es conocida su anécdota con el centinela de guardia que tenía orden de no dejar pasar al laboratorio del regimiento con botas herradas y espuelas. Para probarlo, él mismo San Martín fue dos veces con ese calzado y fue detenido por el cabo. Tras ello, se presentó con alpargatas y le dio una onza de oro al soldado, quien había puesto a una institución la ley del lugar por encima de cualquier persona.
MANO BLANCA Álvarez Condarco había sido enviado por San Martín a explorar los pasos cordilleranos de Uspallata, los Patos y principalmente el campo de Chacabuco. Este fue detenido luego de obtener la información y el general español Marcó lo envió de regreso con una nota en la que decía: "Firmo con mano blanca, no como la de su jefe que es negra". Esto quería decir que San Martín, según el general realista, había traicionado a España volviendo a su patria para darle la independencia.Después de la batalla de Chacabuco, el derrotado Marcó fue llevado ante la presencia de San Martín, que irónicamente lo saludó diciéndole: "General, venga esa mano blanca".
UN FUERTE EN TUCUMAN Encontrándose San Martín y Belgrano en la Ciudadela, espacio fortificado que San Martín había decidido construir en las inmediaciones de la ciudad de Tucumán, el Libertador le dice al creador de la bandera que en estas fortificaciones los ejércitos realizarán todos los ejercicios. También le confeso que hay que hacer el mayor ruido posible para que los espías españoles vean nuestra preparación y así es que todos los días llegaban contingentes de soldados que entraban a la fortaleza lo que producía el llamado de atención de todos los pobladores que no sabían en realidad que esos mismos soldados eran los que salían del fortín de noche y volvían a la mañana siguiente.
ESTRIBOS DE PLATA. El granadero Juan Antonio Melián era un gran jinete, acostumbraba cruzar los estribos y montar de un salto a lo gaucho, enterado San Martín de la criolla costumbre le dice al bravo soldado ¿Así cumple los reglamentos de su arma un oficial argentino?. Como castigo le impuso unos días de arresto que Melián cumplió religiosamente. Días antes de culminar su encierro el propio San Martín se presento a la celda donde estaba el detenido y antes de levantar la sanción con gran sabiduría le dijo: “por su bravura y como recuerdo, le regalo a usted estos estribos de plata que yo mismo usé en Bailén. Sírvase de ellos y verá que para cercenar cabezas godas, nada es mejor ni más conveniente que afirmarse bien sobre estribos”.
INDIOS PEHUENCHES Encontrándose San Martín reunido con el jefe de la tribu de indios Pehuenches en el sur de Mendoza, el General le pide permiso al cacique para poder pasar por sus tierras con el ejército libertador y le ofrece en el mismo instante todo tipo de víveres y regalos. El jefe indio acepta los obsequios y le permite el paso. San Martín sabía que los indios iban a ir con el cuento a los españoles, los cuales dividieron su ejército para esperar a las tropas Argentinas por el paso previsto. Pero el grueso del ejército patrio no cruzo por dicho lugar y cuando los españoles tuvieron que enfrentarlos se vieron reducidos en número por la picardía y astucia del Libertador.
ENCUENTRO CON NAPOLEON Es conocida la destacada actuación de San Martín en la batalla de Bailén en las inmediaciones de Andalucía, tal mérito le valió no sólo una condecoración, sino también su ascenso a Teniente Coronel. Más haya de dicha victoria Francia logra tomar posesión de toda España y cuenta la historia que ingresando Napoleón Bonaparte a una de las ciudades donde se encontraba San Martín, Napoleón ve el uniforme que vestía el futuro libertador y con una mirada penetrante y tocándolo con el dedo índice le dice “Bailen” reconociendo la bravía del batallón y por otra parte doliéndole el triunfo que las tropas de San Martín le habían propiciado a sus granaderos.
¡QUIERO HABLAR CON EL SEÑOR SAN MARTIN! El capitán Toribio Reyes, pagador de los sueldos del regimiento, llega a la casa de San Martín, para contarle que se ha gastado el dinero que tenía para pagar a los soldados. Le explica que acude al Señor San Martín, porque no quiere que se entere el general San Martín, de una acción tan vil que ha cometido y para expresarle su arrepentimiento. El libertador le pregunta si el general lo sabe y Toribio le responde que no, entonces le dice: - ¿Cuánto dinero necesita? − 20 onzas, que pienso devolver en cuanto me sea posible - responde. San Martín le da el dinero y le recomienda, que no se entere el General San Martín porque sería capaz de pasarlo por las armas.
EL CORREO INDIO DE SAN MARTIN Esperando el momento propicio para entrar en Lima, capital del Perú, San Martín estableció su campamento en Huaral. En Lima contaba con numerosos partidarios de la Independencia; pero no podía comunicarse con ellos porque las tropas del general José de la Serna, jefe realista, detenían a los mensajeros. Una mañana, el general San Martín encontró a un indio alfarero. Se quedó mirándolo un largo rato. Luego lo llamó aparte y le dijo; -¿Quieres ser libre y que tus hermanos también lo sean? -Sí, usía... ¡cómo no he de quererlo! - respondió, sumiso, el indio. -¿Te animas a fabricar doce ollas, en las cuales pueden esconderse doce mensajes? -Sí, mi general, ¡cómo no he de animarme! Poco tiempo después Díaz, el indio alfarero, partía para Lima con sus doce ollas mensajeras disimuladas entre el resto de la mercancía. Llevaba el encargo de San Martín de vendérselas al sacerdote Luna Pizarro, decidido patriota. La contraseña que había combinado hacía tiempo era: “un cortado de cuatro reales” Grande fue la sorpresa del sacerdote, que ignoraba cómo llegarían los mensajes, al ver cómo el indio quería venderle las doce ollas en las que él no tenía ningún interés. Díaz tiró una de ellas al suelo, disimuladamente, y el sacerdote pudo ver un diminuto papel escondido en el barro. -¿Cuánto quieres por todas? Preguntó al indio. .Un cortado de cuatro reales - respondió Díaz, usando la contraseña convenida. Poco después, el ejército libertador, usaba esta nueva frase de reconocimiento. -Con días y ollas... ¡venceremos!