miércoles, 27 de mayo de 2015

GABY “LA VOZ SENSUAL DEL TANGO” EN DOCUMENTAL SOBRE LOS CAFÉS DEL MUNDO

Distintas productoras están realizando simultáneamente documentales sobre los cafés en Italia, Argentina y Estados Unidos.La excusa es el “café pendiente”, una costumbre que nace en los café de Nápoles, donde los habitués pagan más café que el que consumen, dejando pago uno para quien lo necesite y no lo pueda pagar. Es una especie de pequeña solidaridad urbana, que se extendió en algunas ciudades como Buenos Aires y Nueva York; responde al concepto del efecto mariposa, donde un pequeño movimiento puede generar olas del otro lado del mundo.
En los cafés pasan muchas cosas: amores, separaciones, negocios, reencuentros, amistad… sobre ésos lugares de encuentro y de intercambio hablará ésta película hecha, por varios en las distintas ciudades.
A su vez, pareciera que están los cafés también ligados a la música. En Nápoles, por ejemplo, Pino Daniele ha sido un emblema por  en cafés de Italia. En Nueva York  hay bandas de Jazz y Rap que se mezclan con el café de la mañana en invierno. En Argentina el café inevitablemente está conectado con el tango, y por ello se ha elegido a la infartante morocha bahiense Gaby La voz sensual del tango  para que interprete “El último café”. La escena rodada el pasado 26 de mayo en el legendario Bar de Cao (uno de los bares notables de Buenos Aires) ubicado en Matheu e Independencia, esquina disputada entre los barrios San Cristóbal y Balvanera y la producción esta a cargo de Romana Audiovisual.

El Bar de Cao y algo de su historia
En 1915, el edificio de dos plantas y techos de inalcanzable altura,  abrió sus puertas como fonda. Quince años más tarde, dos hermanos de cepa asturiana comprarían el local. El plan de Pepe y Vicente Cao era hacer de esa esquina un almacén con despacho de bebidas, empresa que lograron con creces y a la que le dieron una larga vida. Los fiambres fueron uno de sus productos destacados, cortados frescos al momento. Otros de los productos más buscados eran los fideos secos, las lentejas, el azúcar y el arroz, provisiones infaltables para pasar el invierno y rendir culto al afamado guiso casero. La Avenida Independencia al 2400 invitaba a pasar al almacén -una verdadera fiesta de variedades- y a la vueltita, por Matheu 812, el despacho de bebidas acumulaba a los que llegaban al encuentro de algún trago.
En esa esquina que supo ser generoso emporio, en el que las conservas, la mercadería al peso, los salamines y las botellas rebosaban de las estanterías, anónimos trabajadores inmigrantes llegados a Buenos Aires en busca de su América, encontrarían en ella memorias de su España patria. Muchos otros parroquianos (de aquí, de allá y de ningún lado) concedieron al Bar de los Hermanos Cao el honor de ser su más fiel confidente, su indeclinable cómplice, su eterno compañero.

jueves, 14 de mayo de 2015

Perón, Balbín y Palacios en "Un vermut con la historia"

El próximo viernes 15 de mayo a las 19 hs continuará el ciclo "Un Vermut con la Historia" en el Café Miravalles (Av. Cerri 777) producido por José Valle donde se conjuga música popular en vivo e interesantes historias de personajes inolvidables; en este caso Juan Domingo Perón, Ricardo Balbín y Alfredo Palacios. Hablarán el Dr. Eduardo Giorlandini, el Dr. Victor Benamo y el Prof. Oscar Dante Garcia. La intervención musical estará a cargo del folklorista Joaquín Jacob, con entrada libre y gratuita.
El General Juan Domingo Perón fue electo Presidente de la República Argentina en 1946, 1951 y 1973. En todos los casos llegó a tan alto cargo por medio de elecciones democráticas.
La vida política de Perón tiene, por ello, dos excepcionalidades en América Latina: llegar tres veces a la Presidencia de la Nación y, aún siendo militar, las tres veces mediante el voto popular.
Fue fundador y jefe político del Movimiento Justicialista que aún hoy, a 30 años de su muerte, continúa siendo la fuerza política mayoritaria de la República Argentina (Partido Justicialista).
Perón dejó escritas múltiples obras (La Comunidad Organizada, Conducción Política y Modelo Argentino para un Proyecto Nacional, entre otras), donde expresa su filosofía y doctrina política, y que continúan siendo textos de consulta en el plano académico, aplicados a la vida política argentina y continental.
Ricardo Balbín
 Político y abogado argentino (1904-1981). Fue elegido diputado y senador varias veces. Fue candidato por la Unión Cívica Radical a la presidencia de la Nación. Su influencia en los acontecimientos políticos fue muy importante. Fue el más decidido opositor político y contraparte del Gral. Perón. Sus figuras estuvieron emblemáticamente enfrentadas y, en conjunto, representaron toda la pasión política característica de su época. Derrocado el gobierno del Dr. Illía, Balbín decidió lanzar una nueva propuesta, abierta a todos los sectores del pensamiento nacional. Por ello, no dudó en encontrarse con Perón en noviembre de 1972 en una reunión que se repitió más tarde en el Congreso, la Casa de Gobierno y en la residencia de Olivos. En aquellas ocasiones Balbín se propuso preservar las ideas de su partido pero impulsando el respeto mutuo y la búsqueda de coincidencias.
Alfredo Palacios
 Nació en Buenos Aires y murió en su ciudad natal.
Líder socialista, intelectual, legislador; escritor y educador. Graduado en leyes en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Más tarde fue profesor y decano. También ocupó la cátedra en la Facultad de Ciencias Económicas, donde además ejerció por primera vez, la cátedra de legislación laboral. Se desempeñó igualmente como profesor y decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de La Plata y ocupó la presidencia de esta última hasta su renuncia a todas sus asignaciones académicas, como protesta contra el peronismo en 1944.
Palacios fue uno de los fundadores del partido Socialista. En 1902 fue electo para la legislatura de Buenos Aires y dos años después fue el primer diputado socialista para el Congreso Nacional, por la Capital Federal.
Reguló el trabajo del niño y la mujer y prohibida la tarea nocturna y dominical.
Electo senador (1935-1943). En 1940 coadyuvó en la formación de Acción Argentina. Durante la Segunda Guerra Mundial apoyó a los aliados. Llegó a ser un vehemente opositor de Perón en los primeros años del gobierno de este último y dedicó más de diez años de su existencia a combatirlo por lo que padeció el exilio.
Alfredo Palacios fue uno de los más grandes intelectuales de su época; marxista de la primera hora, condujo a los argentinos de esta doctrina que insistían en aceptar únicamente los principios marxistas que pudieran ser ventajosamente adaptados a la realidad argentina; su bibliografía es sumamente vasta y manifiesta sus ideas sobre el socialismo y las inquietudes que emergen de sus diversas actividades como jurisconsulto, profesor en leyes, legislador y conductor de un partido político; en 1954 publicó La justicia social, obra que sintetiza sus cincuenta años de lucha en pro de la justicia social, a través de la legislación.

lunes, 11 de mayo de 2015

Fidel Pintos murió hace 41 años

 Nació el 28 de agosto de 1905 en la ciudad de Buenos Aires, más precisamente en el Bajo Belgrano. Tenía seis hermanos, y como es frecuente en los porteños amantes del fútbol, dividía su corazón entre el club de su barrio, el sufrido Defensores de Belgrano, y un equipo de la Primera División, en su caso el poderoso River Plate, que en la década del '30 inauguraría su estadio en las inmediaciones. ¿Señas particulares? Una narizota llamativa, de la que él mismo luego sabría reírse con elegancia: "un domingo fui a la cancha de San Lorenzo y al salir un policía me pidió documentos. Le entrego la libreta y me dice 'éste no es usted, no se parece en nada'. Lo que sucede - le contesté al agente - es que la nariz sigue en la otra página, a la vuelta..."
Comenzó a trabajar a los 14 años, como cadete del Banco Holandés. El joven Fidel, empero, tenía más vocación por el teatro que por las diligencias, algo que a sus padres no les gustaba demasiado. Dos de sus hermanos eran empleados del Correo Argentino, y a través de ellos ingresó a la institución. Trabajó en la sucursal de San Isidro y luego en el Correo Central, hasta que en 1933 perdió su empleo junto con otros miles, merced a un eufemismo tan miserable como "racionalización del personal". Los cesantes eran miles y miles, y la miseria y el hambre hacían estragos: unos pocos años después, un informe del Ejército argentino decía que casi la mitad de los jóvenes que se presentaban a cumplir con el servicio militar obligatorio debían ser dados de baja por no ser físicamente aptos. No por nada a la década del '30, en Argentina, se la conoce como la Década Infame.
Fidel quedó en la calle, pero paradójicamente, perder el trabajo lo empujó en el camino de la actuación. Integraba el grupo teatral "Churrinche", de Domingo Sapelli, y para ganarse unos pesos animaba bailes y presentaba orquestas de tango. A veces se olvidaba lo que tenía que decir y salía del paso con las primeras palabras que le venían a la mente. Los que no prestaban atención a las palabras del presentador no notaban nada raro, porque el tono era serio, formal, el adecuado: los que lo escuchaban raramente entendían mucho más que el nombre del número que seguía a continuación. Un día de 1938, en uno de esos shows, faltó un recitador que estaba en el programa, y Fidel salió del paso hablando de malvones, de glicinas, de ladrillos, de tango y de muchas cosas que nadie entendió pero que causaron mucha gracia.
Un tiempo después, Fidel presentaba a una orquesta en el auditorio de la entidad gremial de los choferes de tranvías y colectivos, la UTA. A medianoche bajó al bar a tomar algo y se prendió en una charla en la que no dijo absolutamente nada inteligible, pero su semblante y su actitud transmitían el convencimiento de que estaba expresando ideas de lo más importantes. Los parroquianos se veían tan divertidos que llamaron la atención del cantinero, que le ofreció a Fidel pagarle el doble de lo que le pagaban por presentar a la orquesta por una hora de actuación. Había nacido la sanata, que según los diccionarios del lunfardo (el argot de Buenos Aires) es una "forma de hablar confusa, incomprensible, en la que se expone un argumento sin sentido ni ideas claras".
Pocos trabajos más difíciles y más nobles había en aquella Argentina que hacer reír a la gente. El propio Fidel acuñó una bella frase que habla de esa dificultad y de la dignidad del oficio: "uno pica una cebolla y se pone a llorar; tráigame usted una hortaliza que me haga reír".En los años '40, Fidel llegó al teatro de revistas, rubro en el que tuvo la suerte de vivir su era dorada, que llegó hasta mediados de los '70. Actuó en las principales salas: el Teatro Maipo, el Casino, el Comedia, el Nacional, en cabarets como Marabú y Tabarís y hasta en el famoso "colmao" El Tronío.
Sobre el final de la década comenzó a actuar en Radio Callao y, en 1948, participó en su primer película, "Novio, marido y amante", protagonizada por Enrique Serrano. Sus dos primeros papeles protagónicos llegarían en 1951, con "La vida color de rosa" y "El hermoso Brummel".
En la buena, Fidel no se olvidaba de las malas que había pasado: como una vez dijera, "un actor es un señor que hoy come faisán y mañana se come las plumas". Fidel se había hecho en una escuela dura, y tal vez esa sea la razón de sus cualidades poco menos que de hombre renacentista: también reveló ser un buen compositor musical ("músico de oreja", se definía). Así lo atestiguan sus valses ("Náufrago", grabado por Mercedes Simone y por Alberto Marino; "Te vi partir", por Hugo del Carril; "Andate", por Horacio Guarany) y el tango "Una copa más" y el bolero "Evocación tropical", en ambos casos compartiendo la autoría con Manuel Flores y Carlos Bahr.
En 1950, en Radio Callao, daba vida a dos personajes, Churrinche y el recordado Mesié Canesú (imagen), su primer gran éxito: un modisto afrancesado y bastante chanta, de léxico rebuscado y cursi y una irrefrenable tendencia a dar consejos absurdos. Canesú pasó de Callao a Radio Splendid, se emitió durante ocho años y cesó el día en que falleció su libretista, Manuel Meaños. Todavía se recuerdan las palabras de despedida del modisto a sus imposibles admiradoras: "besitos, besitos a todas ¡leonas mías!".
En 1959, en "Calle Corrientes", alumbró a otro de sus personajes radiales más populares, Placé, un porteño simpático, fanático de las carreras de caballos, que siempre tenía la "precisa" pero que nunca salía de perdedor, y que solía decir: "yo fumo un paquete de rubios y otro de negros. Para cambiar de tos, ¿sabés?"
Los '60 son los años de Fidel, como todo el mundo sabe... Llega a la TV con "Viva contento", por Canal 7, en 1962. Pero su mejor época en la televisión llegaría un poco después, del brazo de los hermanos Gerardo y Hugo Sofovich en la primera época de "Operación Ja Ja". Los papeles más recordados son tres:
 el profesor Fidelius, un adivino cuya bola mágica era capaz de cualquier disparate. Su incondicional ayudante era el Hermano Pequeninus (Eddie Pequenino), y es un remoto precedente del memorable y mucho más zarpado Manosanta de uno de sus amigos y protegidos: Alberto Olmedo.
El peluquero Don Mateo. El cliente era nada menos que Javier Portales, y los papeles secundarios eran un lujo. Todos los programas aparecían un lustrabotas, interpretado por Juan Carlos Altavista, y un treintañero Jorge Porcel que le traía ofertas "pulenta, pulenta" a Portales con la idea de sacarle un peso (por ejemplo, pasajes a las Cataratas del Iguazú para lavarse la cabeza...). También actuaban Jorge Luz, María Rosa Fugazot y Carlos Carella y, cada vez que alguien decía casualmente la palabra "fuego", entraba un bombero demencial accionando un extinguidor: Alberto Olmedo. Comparen con las reediciones posteriores, incluso con la de Porcel como Don Mateo y Rolo Puente como el cliente, que solía ser bastante graciosa.
 El integrante de la barra de café de "Polémica en el bar" . Fidel integró la que se reconoce unánimemente como la mejor de todas las (muy variadas) mesas: la que compartiera con Porcel, Altavista, Portales y Adolfo García Grau. Su capacidad para la sanata adquirió aquí ribetes de leyenda: entre susurros, frases entrecortadas e inentendibles y palabras grandilocuentes, Fidel podía acreditarse, con tono catedrático, haber descubierto a Guillermo Vilas, o dado el empujón decisivo a Carlos Monzón, o haber tenido sentada en la falda a Sofía Loren. Se hizo tan popular a lo largo de los años que el presidente Juan Domingo Perón, en 1973, lo parafraseó en un discurso ante la CGT sobre el tema de las paritarias: "yo aquí podría decir como Fidel Pintos: 'la inventé yo''' .(Al programa siguiente, Pintos, en vez de sentarse a la mesa común, se sentó solo en un rincón y no le prestaba atención a sus compañeros...). Otra aparición notable, en el sketch, sucedía cuando se desataba la inevitable y esperada pelea final entre Altavista y García Grau, que era interrumpida, de manera no menos esperada, por Fidel Pintos, que amagaba sacar una pistola que nunca se vio y que todos reputaban otra de sus invenciones. El rostro serio e imperturbable de Fidel en esa situación era más gracioso que cualquier mueca.
El éxito del programa hizo crecer aún más el respeto por Fidel. Cuando, en 1968, los Sofovich pensaron en que, en cada programa, uno de los integrantes del elenco presentara a los demás, fue la lógica primera elección. Claro que en el tercer programa, el elegido fue Olmedo, quien para esa circunstancia inventó al recordado Rucucu, y el rol dejó de ser rotativo...
Olmedo era un gran admirador de Fidel, y ambos tenían una relación casi de padre a hijo. Ambos también grabaron a dúo un hoy inhallable disco de chistes pícaros para Microfón (imagen). Pintos le vendió a Olmedo su primer quinta de fin de semana, dándole las llaves antes de empezar a hablar de plata, y fue el padrino de bautismo de Javier, el cuarto de los hijos del Negro. Algunos gestos y trucos actorales de Pintos son perceptibles en Olmedo, en especial en el justamente célebre sketch de Borges y Álvarez que Olmedo jugara con Portales en los años '80, y en el inolvidable discurso que Olmedo hace, como candidato a vicegobernador en las fraudulentas elecciones de la década del '30, en la película "Las mujeres son cosa de guapos", discurso que de tan sanatero bordea el dadaísmo inconsciente.
Otra consecuencia del éxito televisivo fue un reverdecimiento de los laureles de Fidel como actor de cine: de esta época, entre otras, son "La cigarra está que arde" y "Coche cama alojamiento" (1967), "Villa Cariño está que arde" y "Corazón contento" (1968) y "El hombre del año" (con Olmedo, 1970). También tiene pequeños papeles en las películas de los Sofovich (en "Los caballeros de la cama redonda", filme inaugural del dúo Porcel - Olmedo, en "Los vampiros los prefieren gorditos", donde hace de absurdo capataz de la estancia de Portales) y, como en "Corazón contento" (donde acompañaba a Palito Ortega) tiene un rol secundario en una película de otro cantante popular de la época: es el recordado portero venal de "Quiero llenarme de ti", el éxito cinematográfico de Sandro de 1969. Inolvidable su frase cuando percibe la coima por dejar pasar a las chicas a ver al astro: "soy un sentimental..."
Fidel ganó en 1970 el Premio Martín Fierro a la mejor actuación humorística en TV. En los años posteriores seguía en "Operación Ja Ja", en el teatro de revistas, en el cine, en la radio (por Splendid hacía "Discosanatas en alta Fidel... idad y Pintos... fonía", con libros de Víctor Harriague), disfrutaba de la compañía de su esposa María Claudina, de su hijos y de sus nietas. En 1974 había estrenado dos películas (la ya citada "Los vampiros..." e "Intimidades de una cualquiera", de la dupla Isabel Sarli - Armando Bó) y estaba en plena actividad cuando lo sorprendió la muerte, el 11 de mayo. Desde entonces, su cuadro preside las cada vez más gastadas mesas de "Polémica en el bar", y hay quien dice que su sonrisa gardeliana es cada año más sanateada.