En su apuesta por nuevas narrativas digitales, la revista que depende de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam) lanzó dos historias en VR (virtual reality), en este caso ligadas al consumo de carne de los argentinos, “una primera experiencia más bien lúdica, ya que no buceamos con afán periodístico aunque sí lo hicimos como un guiño a las nuevas generaciones de nativos digitales, como un ejercicio de visualización del futuro”, explica Alarcón en entrevista con Télam, sobre este formato de presencia aun tibia en Argentina pero que pisa fuerte en otros países.
De este modo, “Carne” permite al usuario sentarse a la mesa de dos sitios que se encuentran en las antípodas: una parrilla al paso, muy popular, en la localidad bonaerense de José León Suárez, y un restaurante que funciona dentro de un exclusivo hotel cinco estrellas, en el barrio porteño de Recoleta. El itinerario, filmado a 360 grados, va desde el proceso de la preparación de la carne hasta la mesa del comensal.
A priori existen varias reglas o coordenadas que transforman el modo de narrar cuando se lo hace desde la realidad virtual: los puntos de vista se presentan múltiples. La inmersión en la historia es total, casi como estar ahí. Uno responde instintivamente a los estímulos, camina, esquiva a una persona o se emociona. Pero además, la realidad virtual se ajusta a una de las consignas más primigenias del periodismo: contar a quien no está presente, de manera fiel, lo que ocurre.
Algunas temáticas se presentan más idóneas que otras para ser narradas en VR. Si bien la tecnología está más extendida en el universo de los videojuegos y la pornografía, en el caso del periodismo ofrece una nueva manera de narrar. Así de sencillo y potente. ¿Será posible a futuro completar la experiencia con el tacto, con el olfato, con el resto de los sentidos?
“El periodismo en realidad virtual permite experiencias más acabadas, sensoriales, próximas. Basta imaginar lo que puede ser esta forma para registrar conflictos sociales, temas ambientales, tragedias humanitarias, experiencias culturales... Puede ser la gran herramienta para dar cuenta de los conflictos del mundo. Yo creo que la palabra clave es la conmoción, por la proximidad, por lo real”, subraya Alarcón, maestro de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), que fundó Gabriel García Márquez.
¿Cómo será, por caso, presenciar a través de la realidad virtual los bombardeos en Alepo, Siria, en vez de leerlos en una nota on line o en papel? Lo sabe bien Gonzalo Sierra, director de Ñoño, una productora de contenidos audiovisuales que hace tiempo experimenta con nuevos formatos y que tuvo a su cargo la filmación de “Carne” para Anfibia/VR, un trabajo con producción del periodista Tomás Pérez Vizzón, uno de editores de la revista.
El año pasado, desde Noño diseñaron una experiencia junto a la asociación Refugio Humanitario, para que un grupo de personas vea a través de las gafas o "headset" en 360 grados la ciudad de Alepo, Siria.
"Se trata de adentrarse en la realidad de una ciudad invadida y destruida por los bombardeos.Te colocás las gafas, ves, escuchás el sonido, de repente explota una bomba, todos a tu alrededor corren, imposible no estremecerse. Te ponés en la piel de esas personas, luego de eso podés decir 'ahora entiendo la problemática' desde otro lado. Lo vivís por un rato y eso hace que te impacte mucho más”, detalla este productor audiovisual, en diálogo con Télam.
En 2014, Sierra, junto a su equipo en la productora, realizó uno de los primeros informes periodísticos inmersivos del país, es decir, en VR, dedicado a las elecciones presidenciales, un trabajo con el que resultó finalista de los prestigiosos premios ONA (Online News Awards) en la categoría de excelencia e innovación. En aquel certamen fueron los únicos latinoamericanos presentes, en competencia frente a gigantes como New York Times o Washington Post.
“El periodismo es uno de los rubros donde la VR más posibilidades tiene -manifiesta Sierra-. Crea un nuevo sentido de las cosas. Nada se puede alterar, podés ver todo, podés mirar hacia donde quieras”, remarca el director de Ñoño y ejemplifica con la famosa postal de las pirámides de Egipto: "Se ven las pirámides como una postal paradisíaca, en el desierto, cuando en verdad están frente a una ciudad gigante, descomunal, caótica. Esa postal no será la misma con la realidad virtual”.
Si bien la realidad virtual es una tecnología desarrollada en los años 60, hoy en día resurgió gracias al celular e Internet, "una convergencia que volvió a popularizar el formato", detalla este productor para quien "los videos en 360 grados abren un abanico enorme como medio, como narrativa, como lenguaje".
Para Sierra, los usuarios todavía son escasos porque la tecnología es costosa, pero hoy en día, de a poco, los celulares van teniendo acceso a la realidad virtual aunque sea la más básica. "Tan sólo con un celular con giroscopio -el que se utiliza por ejemplo para jugar a cazar Pokemones- y unos anteojos de cartón ya podés tener una experiencia inmersiva. Es en Youtube y Facebook donde están la mayoría de los contenidos”, puntualiza Sierra.
El documental coproducido por Ñoño y Anfibia es el capítulo cero de un ciclo a futuro: seguir filmando "las cocinas" aunque ya no referido al terreno gastronómico: “Queremos ver el detrás de las cosas, de la política, del hipódromo, de la Casa Rosada -grafica Sierra-. Arrancamos con lo gastronómico porque es más fácil para entender la tecnología, más amable para acercarse por primera vez”.
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