El periodista uruguayo Natalio Botana fundó el diario Crítica el 15 de septiembre de 1913. Esta primera
edición se componía de 5.000 ejemplares, que Botana había financiado gracias a un préstamo realizado por Marcelino Ugarte, político perteneciente al Partido Autonomista Nacional que ejerció en reiteradas ocasiones el cargo de Gobernador de la Provincia de Buenos Aires. Debido a la cercanía de su director con los políticos conservadores, el diario fue opositor al gobierno del Presidente Hipólito Yrigoyen, titulando "Dios salve a la República" el día de su asunción.
El éxito del diario sufre un aumento muy importante en los años siguientes, consolidándose en 1922 cuando saca su quinta edición y comienza a vender 75.000 ejemplares diarios. Desde ese momento el diario comienza a ampliar su espectro, y en 1923 comienza con la producción deportiva al cubrir la pelea de boxeo entre Jack Dempsey y Luis Ángel Firpo. El 26 de febrero de 1926 el diario alcanzaría su cifra récord de ventas, al alcanzar los 900.000 ejemplares diarios, y el 5 de noviembre de ese año se lanza Crítica Magazine, un suplemento cultural en el que escribieron figuras como Roberto Arlt, Raúl González Tuñón, Enrique González Tuñón, Carlos de la Púa, Ricardo M. Setaro, Alfonsina Storni y Ulyses Petit de Murat.
Continuando con la línea clásica, el diario Crítica apoyó el golpe de estado que derrocó a Yrigoyen en 1930. Sin embargo, a partir de 1931 comenzó a distanciarse de los sectores militares y permaneció clausurado durante los dos años siguientes. Sin embargo el 17 de marzo de 1932 se lanza el noticiero cinematográfico que convertiría a Crítica en el primer grupo multimedios del país. El diario retomó su funcionamiento y el 12 de agosto de 1933 se creó un suplemento cultural llamado Revista Multicolor, que duraría hasta octubre de 1934. Esta revista era un suplemento de aproximadamente ocho páginas que se encontraba impreso en color, y cuya dirección se encontraba a cargo de Jorge Luis Borges y Ulyses Petit de Murat.
En agosto de 1941 Natalio Botana muere en un accidente automovilístico, dejando el diario a su familia. Al igual que con el gobierno de Yrigoyen, el diario también fue muy crítico con el gobierno del presidente Juan Domingo Perón, convirtiéndose en uno de sus principales opositores. Debido a los problemas económicos del diario, en 1951 la familia Botana se ve obligada a venderlo, siendo comprado por el gobierno de Perón. Finalmente, alejado del esplendor que lo caracterizó durante las décadas de 1920 y 1930, el diario dejó de circular el 30 de marzo de 1962.Aunque la primera sede de la redacción de Crítica se encontraba en la calle Sarmiento al 800, se trataba de oficinas alquiladas. No fue hasta mediados de la década de 1920 que se adquirió uno de los pocos terrenos libres que quedaban en la Avenida de Mayo, con el objetivo de construir el gran palacio periodístico.
Para ello, Botana contactó a los arquitectos húngaros Andrés y Jorge Kalnay, quienes en 1926 proyectaron el nuevo edificio. Según algunas fuentes, la obra habría sido en su mayoría diseñada por Jorge, siendo de Andrés sólo los ornamentos y decoración de la fachada. El palacio de Crítica sería inaugurado en septiembre de 1927, con un gran festejo correspondiente a la importancia que tenía el diario en ese momento.
Aunque Botana rápidamente justificó el lujoso edificio como un palacio para el pueblo, no dejó de tratarse de una excepcional sede con todos los adelantos para la época y algunos detalles extravagantes, como una sala de armas para su dueño y director. En el sótano estaban las maquinarias y rotativas, en el primer piso la oficina del Directorio, en el segundo el despacho del Botana, el salón de actos, la biblioteca y el archivo de Crítica; en el tercer piso la redacción, en el cuarto los grabadores y la administración y en el quinto los talleres. Además, el edificio tenía una serie de consultorios médicos y jurídicos de atención libre, a los cuales se accedía por la entrada posterior en la calle Rivadavia.
En cuanto a su estilo, el edificio del diario Crítica fue una de las primeras piezas de art decó porteño, y una de las más destacadas junto con las del arquitecto Alejandro Virasoro. Este nuevo movimiento se había gestado en París en 1925, y un año después ya los hermanos Kalnay lo aplicaban a la sede del diario.Jorge Kalnay fue un gran interesado en la cultura y arte precolombinos, y los aplicó al diario Crítica, decorando los pisos con ilustraciones del calendario azteca, y las ventanas con vitrales de motivos solares. La oficina de Botana aparece jerarquizada en la fachada, ya que está retirada del frente, ornamentada con motivos botánicos que aluden al árbol del periodismo, y sus frutos y custodiada por cuatro estatuas.
Otro detalle notable del edificio de Crítica fueron sus puertas corredizas de bronce, de gran grosor, que permitieron salvar al personal del diario en oportunidades de manifestaciones violentas que intentaron atacar la sede.
En la actualidad, este edificio que se encuentra en Avenida de Mayo 1333, pertenece al Estado Nacional, y aloja a la Superintendencia de Administración de la Policía Federal Argentina.
El segundo edificio perteneciente al diario Crítica fue inaugurado el 1 de diciembre de 1930, y alojó a los talleres auxiliares, en la calle Salta 1915, a pocas cuadras de la Estación Constitución. Proyectado por los arquitectos Pibernat y Loizaga, y colaboración de Virasoro, comparte el estilo art decó distintivo de la sede de Avenida de Mayo, y se destaca por una gran torre que asoma hacia el fondo del terreno, visible desde los alrededores, que aún en la actualidad ostenta el logo del periódico, deteriorado por el paso de las décadas.
En 1997 fue parcialmente ocupado por la Fundación Cinemateca Argentina,4 y en 2004 fue restaurado por el Sindicato de la Industria Cinematográfica Argentina (SICA), con colaboración del INCAA y la Corporación Buenos Aires Sur, para alojar a su Centro de Formación Profesional.
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