Cantante de enorme popularidad, integró en los inicios de su carrera La Tropilla de Huachi Pampa, conjunto
folclórico que, dirigido por el poeta y compositor Buenaventura Luna, en el que actuaban notables músicos e intérpretes como Diego Canales, Remberto Narváez, José Samuel Báez, el Zarco Alejo y el gran guitarrista Eduardo Falú. A partir de mediados de los `40 descolló como solista, dejando grabadas antológicas versiones de "El Jarillero", "Ay que se va", "Cuando no me quieras", "Los ejes de mi carreta", "Amémonos" y los que serían sus mayores éxitos, "Mama vieja", "Mis harapos" y "En el rancho e¦la Cambicha". Tanta era su popularidad que comenzó a ser llamado "el cantor de los cabecitas", en referencia al apodo despectivo con que las clases medias y altas de Buenos Aires nombraban a los trabajadores provenientes de las provincias. A la vez, esos trabajadores comenzaron a ser también llamados "veinte y veinte", aludiendo al hecho de que cuando entraban a los bares y almacenes en los que había pasadiscos, gastaban veinte centavos en una pizza y otros veinte para oír los temas de Antonio Tormo. A partir de 1955, el cantante más popular del país también será prohibido por la dictadura militar autodenominada Revolución Libertadora y la censura sobre sus temas se prolongará hasta la recuperación democrática de 1983, momento a partir del cual comenzará a ser reivindicado y conocido por las nuevas generaciones.
Había nacido en Mendoza el 18 de septiembre de 1913.
Comentarios de distintos autores que incluimos con el fin de respaldar la afirmación de que Tormo ha sido el inventor del folklore de masas y el comunicador de los provincianos identificados como “cabecitas”:
...”Entonces tenía algo que decirnos a todos nosotros, por eso lo llamaron “El cantor de las cosas nuestras”.
“La voz del poeta fue en la ocasión la voz del pueblo que creció a la par de Antonio y clavaba el dial en radio Belgrano para escuchar esa campana terrestre que se llamaba Antonio Tormo, de oficio tonelero, hombre de trabajo pesado al que un día allá en los valles se le instaló el sueño del canto y comenzó a cantar entre la gente y fue la gente la que hizo un tormo. Porque Tormo es un amasijo popular, una escultura hecha por su propio pueblo al que respondió sin dar jamás un paso atrás. Cantó todo lo que tenía que cantar. Cantó al niño desvalido, cantó a los pobres, cantó a la alegría de los vinos jocundos de nuestros valles, cantó al amor y cómo...”
...“A los cabecitas... nos decían también “veinte y veinte”, porque cuando estalló Tormo habían puesto en los boliches las máquinas de discos con monedas y los gallegos decían que íbamos a poner “veinte pa’ la pizza y veinte pa’Tormo”.
Armando Tejada Gómez – 1991 –
“Fue la época en que una voz humilde y bien modulada, la de Antonio Tormo, arrasó con las preferencias del público provinciano. El “Cantor de las cosas nuestras” fue el primer intérprete de música popular que logró vender más de un millón de discos. Su Boom fue “El Rancho e’la Cambicha”, al que siguió aquella trova que empezaba declarando: Buscaba mi alma con afán tu alma... (Amémonos)
y después, Mis Harapos, La canción del linyera, Merceditas. Y otros no menos resonantes. A tal punto quedó identificado Tormo con los “cabecitas”, que a éstos los llamaban “20 y 20”: veinte centavos para una porción de pizza y veinte centavos para escuchar un disco de Tormo en las moviolas que ilustraban algunos comederos sin pretensiones, con una amplia gama de opciones en tango, música melódica y folklore”.
Félix Luna – Historia Argentina – I. La Argentina era una fiesta-
Año 1946 – 1949. Pag. 467/468
“1950 - Tormo vende millones de discos.
“ En 1950 el cantante Antonio Tormo se convierte en un fenómeno masivo inusitado cuando impone su éxito “El rancho e’la Cambicha”, y alcanza una cifra de venta total de 5 millones de discos. Para ese entonces, está claro, había grabado 200 temas de un repertorio básicamente de tenor folclórico, como Merceditas, Pájaro Chogüí, El humahuaqueño, Desde el alma, Mis harapos o Mama vieja.
(...) El segundo desembarco de Tormo en Buenos Aires (el primero fue integrando la “Tropilla de Huachi Pampa”) coincide con un desplazamiento masivo del interior a la Capital. Ninguna de las otras grandes voces del momento que cantaban aires camperos alcanzaron tanta repercusión como el sanjuanino (...).
Diario CLARÍN - Historia Visual de la Argentina – Siglo XX
CD Nro. 2 – 1931/1955
“Entre Mendoza y San Juan cimentó su triunfo “El cantor de las cosas nuestras”, aquel tonelero que llegó a vender más discos que Gardel”.
“Para los argentinos nacidos en la segunda mitad de la década del’40 la figura de Antonio Tormo se liga estrechamente a los recuerdos de la infancia”.
“Para mi forma infantil de entender el mundo de aquel tiempo, Tormo era tan importante como Chaplin, Laurel y Hardy, Los Tres Chiflados, Luis Sandrini o Perón...”
“...Es que fue Antonio Tormo el primero que me mostró la incalculable belleza del folklore argentino. Con los años advertí que me había “marcado” como a tantos otros que vinieron detrás suyo”.
“Antonio Tormo fue un sembrador del amor por el canto criollo. Muchos que llegaron después ya no están. Otros, muy escasos, siguen como los últimos referentes de aquella siembra. Son los últimos protagonistas de una época en la que el arte popular criollo tuvo un espacio importante y dejó su imborrable paso para la posteridad, a pesar de las prohibiciones y censuras que debió sufrir por el desconocimientos y la incomprensión de funcionarios de turno.”
Diario “LOS ANDES” – Cultura – Gregorio Torcetta
24 de Septiembre del 2000
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