martes, 28 de junio de 2016

Juan Carlos Thorry, el gran seductor del cine nacional por José Valle (*)

A Juan Carlos Thorry me lo presentó ese gran actor y estupenda persona que fue Vicente Rubino, fue por diciembre de 1984 en la Munich de Recoleta, que estaba al lado de La Biela, en la calle Roberto M. Ortiz 1871; ese día almorzamos y charlamos varias horas, Thorry era un tipo de gran cultura, sumamente elegante, simpático, entrador y gran contador de anécdotas.
Nos tratamos hasta su muerte, me presentó a mucha gente del ambiente artístico y compartimos innumerables charlas y varias comidas.
Juan Carlos relataba que había nacido en Coronel Pringles (Prov. de Buenos Aires); por esos juegos del destino su padre, Antonio Torrontegui, se enamoró de una bella italiana, Rosa Cappa, y con ella se fugó a ese pueblo del sur bonaerense donde nació Thorry, el 28 de junio de 1908. Al poco tiempo, a pedido de la aristocrática familia paterna, se instalaron en Mendoza, pero debido a la bohemia del padre y al desprecio de la familia por su madre, fue criado por su tía María.
Uno de sus tíos, famoso médico, pretendía que su sobrino siguiese su misma carrera, pero a Juan Carlos le tiraba la noche y la bohemia. Asimismo, a los fines de que le habilitaran algún dinero, cursó primero dos años de la carrera de medicina y uno y medio en abogacía pero el mundo del espectáculo y la noche ganaron la batalla.
En  el legendario cabaret Tabarís (que estaba en Corrientes 829), conoció al bandoneonista, compositor y director de orquesta de tango, Osvaldo Fresedo, también conocido como "El pibe de La Paternal", con quien mantendría una amistad durante toda la vida.
Tiempo después se transforma en el chansonnier de la popular orquesta de jazz Santa Paula Serenades, dirigida por Raúl Sánchez Reynoso.
En el año 1932 Enrique Santos Discépolo lo contrata para actuar en el espectáculo «Mis canciones 1932». El elenco estaba encabezado por Tania y se efectuaba en el teatro Monumental.
También participaba como locutor en varias radios como Belgrano, Splendid y El Mundo y fue partenaire en diferentes programas de Niní Marshall.
Manuel Romero escribió junto con Luis Bayón Herrera “El caballo del pueblo”, el guión de una película que iba a ser interpretada por Gardel, aludiendo a la relación que tenía con su pingo favorito, "Lunatico", pero la trágica muerte del Zorzal Criollo en Medellín, dio por tierra con esa idea. Luis César Amadori recomienda a Thorry para el papel principal, Romero acepta y Juan Carlos debuta en el cine como protagonista e interpreta los tangos “El Zorzal” y “Tangazo”, compartiendo elenco con elenco con Olinda Bozán, Irma Córdoba, Enrique Serrano y Pedro Quartucci. El estreno fue el 15 de agosto de 1935.

Desde aquel momento filmó casi sesenta films, en los que acompañó a las actrices jóvenes de más popularidad de las décadas del cuarenta, cincuenta, sesenta y setenta, como en "Los martes orquídeas", “Piantadino”, “Elvira Fernández, vendedora de tienda” ,"Dos amigos y un amor", "Maestro Levita", "Villa Discordia", "Senderos de fe", "Cándida", junto a la impagable Niní Marshall, "El solterón", "Isabelita", "Yo quiero ser bataclana", "Cuando besa mi marido", "El retrato", "La hostería del Caballito Blanco", "La casta Susana", "El demonio es un ángel", "Concierto de bastón", “La serpiente de cascabel”, "Especialista en señoras" y "La pequeña señora de Pérez" entre muchas otras.
A su madre la creyó muerta hasta que tuvo 40 años: "Durante años me mintieron. Yo tenía 40 años y conducía Grandes Valores del Tango. Un día llega una señora muy viejita y me dice: ´Vengo de parte de su madre, que está en Mendoza´.
“La saqué corriendo. Pero mi primo, que era mi abogado, me terminó confesando que era cierto. Entonces, viajé a Mendoza donde la conocí. Mi madre se llamaba Rosita Kappa y cuando abrió la puerta sólo dijo: Soy tu madre y me abrazó.
“Fue muy extraño. Porque, a pesar de verla seguido, nunca pude sentirla como mi mamá", confesó años más tarde.
En televisión actuó en Petit café (1953), J.C. Buenos Aires-Roma-París (1964), Pequemos un poquito (1971), El humor de Niní Marshall (1977), Fortín Quieto (1979), Un día 32 en San Telmo (1980), ¡Dale Loly! (1993), Aprender a volar (1994).
Además fue el conductor del recordado ciclo Grandes Valores del Tango de 1964 a 1972.
Escribió los tangos “Bulincito estudiantil” y “Pensando en ti” con letra y música propias,“Hasta cuándo” con música de Pedro Maffia,“Indiferencia” con música de Rodolfo Biagi, “Mi serenata” con música de Edgardo Donato, “Qué importa” con música de Ricardo Tanturi,“Tu amor y mi obsesión” con música de Leo Lipesker (Riel), “Vida querida” con música de Eduardo Scalise y el vals “Mamá yo quiero casarme” con música de Julio De Caro y Carlos Marcucci.
Compró un hotel en Necochea, pero fue un mal negocio, lo vendió al poco tiempo.
Tuvo siete esposas: María Elisa Spoti, María Zubarriain (hermana de Olga Zubarry), Analía Gadé (con quien vivió 7 años en España), Susana Dasso, Regina Fernández y Dinka, hasta que llegó la última, el gran amor de su vida (lo decía siempre y se le llenaban los ojos de lágrimas), Alma Vélez (escritora, actriz de cine, radio, teatro y televisión). Se casaron el 6 de agosto de 1985 y convivieron en una hermosa casona en San Antonio de Padua, Merlo, en la zona Oeste del Gran Buenos Aires, hasta que por graves problemas de salud Juan Carlos fue internado en la Residencia geriátrica "San Juan", donde falleció a los 91 años el 12 de febrero de 2000.
Juan Carlos Thorry  fue una de las figuras de más mayor trayectoria y vigencia artística de nuestro país y, además, una de las personas más queridas y respetadas.
*El autor es historiador de tango, escritor, productor cultural.