martes, 30 de abril de 2013

Martín Karadagián y sus Titanes en el ring


 Titanes en el ring en Canal 9. Aquella tarde del 3 de marzo de  1962 el ciclo comandado por Martín Karadagián comenzó a escribir su historia televisiva, por más que el barbado luchador ya era bien conocido en el ambiente del Catch as Catch Can, actividad en la que era un valor de peso desde 1947. La efeméride coincide con un rescate de la figura popular de su creador, que el próximo 30 de abril cumpliría 90 años y quien integra la Galería de los Ídolos Populares inaugurada por la Presidenta el pasado 8 de marzo. A tono con la fecha, dos libros intentan bucear en la historia del campeón del mundo y de sus criaturas. Martín y sus Titanes, escrito por Leandro D’Ambrosio y editado por Del Nuevo Extremo, y El gran Martín, de Daniel Roncoli (Ed. Planeta).

A D’Ambrosio el libro le llevó cuatro años. Comenzó a rastrear la historia de Karadagián en 2008 y entrevistó a más de 18 ex luchadores. El trabajo más grande, según revela, fue cotejar la verosimilitud de las historias, dado la tendencia a agrandar los recuerdos por parte de algunos de ellos. “Son muy ególatras y es difícil determinar la realidad. Muchas veces se arrogan papeles que no tenían, personajes que no interpretaron o exageran sus anécdotas con el fin de figurar”, asegura el periodista, que se define a sí mismo como “especialista en tele de los ochenta” y fanático de las películas de terror, una devoción que lo llevó a escribir también un libro sobre Narciso Ibáñez Menta, en coautoría con el músico y conductor radial Gillespi.

“La última época de Karadagián arriba del ring es 1983. En ese entonces yo era muy chico, pero me enganché con las máscaras y la creación de los personajes. Esa temporada él tuvo muchos enmascarados”, afirma D’Ambrosio. Y es cierto. Entre tantos luchadores destacaban El Androide, El Androide de Plata, El Androide de Oro, Dink C, La Momia, La Momia Negra, La Hormiga Negra, todos con la cara tapada.

El libro está documentado desde lo fotográfico de una manera impecable. Fotos, fotos y más fotos. Algunas aportadas por coleccionistas, otras por periodistas, algunas más extraídas de hemerotecas y muchísimas más compradas por D’Ambrosio, que se volvió un rastreador incansable de todo lo relativo al programa. Recortes, programas de jornadas de lucha y pósters se convirtieron en una obsesión. Incluso se dedicó a buscar videos viejos de televisaciones antiguas. Consiguió pocos. Una que un coleccionista compró en miles de dólares y como un tesoro le permitió pispearlo en su casa con la única condición de que no lo copiara, que sólo lo admirara a su lado. El video es de una lata que Karadagián exportaba a Centroamérica, por lo tanto está relatado en neutro y sin el aporte vital de Rodolfo Di Sarli, una pata ineludible del proyecto. 


Otra de las versiones fílmicas la vio en el Archivo General de la Nación y corresponde a la legendaria pelea con “El Mono” José María Gatica, con quien combatió en la cancha de Boca en 1957. La idea de Karadagián era tenderle una mano al ex campeón de boxeo caído en desgracia debido a la proscripción de la llamada Revolución Libertadora, que se había encargado de prohibirlo por su filiación peronista. Acordaron una pelea, pero el púgil se envalentonó con el rugido de la multitud y le pegó de verdad a Karadagián, rompiéndole una costilla. El armenio reaccionó y lastimó en serio a Gatica, quien jamás se recuperó de la lesión infligida por el catcher.

Del líder se dicen infinidad de cosas. D’Ambrosio las enumera como al pasar y prefiere centrarse en los aspectos positivos de aquel ídolo popular fallecido en 1991 a los 69 años, con una diabetes avanzada que le costó la amputación de una de sus piernas. “Que era muy severo con la disciplina, que era muy rígido, un dictador. Que era avaro y hasta bastante jodido con su ego”, puntea, y ejemplifica: “A Martín no le gustaba que los luchadores a cara descubierta le hicieran sombra. No lo toleraba. Por eso no dudaba en hacerlos fajar de verdad, hasta mandó a lesionar a alguno. Lo otro que hacía para dirimir un pleito era decirles a los dos personajes que ganarían la pelea, entonces se mataban arriba del ring”.

La otra observación que realiza el periodista se debe a la extraordinaria fuerza del pequeño gigante. Es que Karadagián no llegaba el metro sesenta de altura, pero era un luchador más que bravo, capaz de invitar a combatir a cualquiera que se le parara de manos. “El método era pelear a puertas cerradas en el gimnasio, en una lucha denominada pistola, es decir que  no tenía reglas fijas. Karadagián era bravísimo en ese tipo de lucha y nadie quería pelearle. La excepción fue Dakar, que dicen que le ganó”.

Pero más allá de habladurías varias, de opiniones a favor y en contra, hay virtudes en las que todos coincidieron. Una de ellas es la rapidez de Martín para hacer plata, en la viveza para amasar fortuna. “Era un gran empresario; fue el pionero de los PNT (Publicidad No Tradicional) en Argentina. Inventó luchadores a pedido de las marcas. Yolanka, por ejemplo, era un yogur de Kasdorf; también estaba STP (el lema era “Su tuerca preferida”); el Capitán Zum, que ingresaba al ring disparando unos resortes plásticos que después se vendieron en los kioscos; El Gran Pan, auspiciado por una panificadora; El Capitán Minerva, jugo de limón; Dink C, que era auspiciado por un jugo de naranja, o El Príncipe de Napoli, que promocionaba fideos”.

Dentro de esta visión comercial se puede encuadrar la historia de uno de los fenómenos más misteriosos de la historia de Titanes. “Cuando surge El Hombre de la Barra de Hielo, Martín enseguida lo deja al aire porque tenía la idea de que alguna fábrica de hielo lo auspiciara o alguna marca de heladeras. Que el personaje entre con una heladerita al hombro o algo parecido. Pero nadie picó”.

Haber hecho el libro le permitió a D’Ambrosio trabar una buena relación con dos Titanes emblema: José Luis, el Español, y Rubén “El Ancho” Peucelle. “El Español es un tipazo y uno de los pocos luchadores que está bien económicamente. La mayoría es un tiro al aire, pero él le hizo caso a Martín, que les repetía que no abandonaran sus trabajos, que la lucha era una changa”.
En relación con el ego de los protagonistas, hay un tema que enfurece al autor de Martín y sus Titanes. Es la popularidad que tomó el mediático Oscar Demelli, que se presentó y se presenta como La Momia. “Eso no es cierto. Es un segundo que entró a mitad de la década del setenta a la troupe. Lo hizo entrar José Luis, que al día de hoy reconoce que fue un error. Demelli manejaba el cajón de los trajes y a veces se disfrazaba de momia para repartir volantes. Es un mitómano, y por eso lo omití completamente del libro”.

D’Ambrosio elige no ahondar en los pleitos legales que debió afrontar Karadagián con los luchadores que le entablaron juicios laborales, luego heredados por su única hija, Paulina. La disyuntiva era si los catchers tenían o no relación de dependencia con la empresa. Tampoco quiso profundizar en detalles escabrosos alrededor de la figura del mítico campeón. “Lo que busqué al hacer mi libro es que los luchadores me cuenten sus vivencias. Lo que quise es hacerle un homenaje a Martín Karadagián. En definitiva, un homenaje a mi propia infancia”.



jueves, 25 de abril de 2013

Un 25 de Abril De 1950 Se Estrena "Arrabalera"

Con dirección de Tulio Demichelis y guión de Ulyses Petit de Murat sobre una pieza del dramaturgo Samuel Eichelbaum, Tita Merello y Santiago Gómez Cou estrenan el film "Arrabalera". Colaborador de La Vanguardia, Caras y Caretas, La Nota, Noticias Gráficas y Argentina Libre, Eichelbaum es autor de una sólida producción que lo destaca como uno de los grandes dramaturgos argentinos. Su primera pieza fue "El lobo manso", seguida por "La quietud del pueblo", "La mala sed", "Soledad es tu nombre", "El gato y su selva", "Cuando tengas un hijo", "Pájaro de barro", entre un total de 26 obras. Sus piezas más famosas y varias veces adaptadas al medio cinematográfico fueron las ambientadas en escenarios suburbanos: "Un guapo del 900", estrenada  en 1940 en el Teatro Marconi con dirección de Armando Discépolo y el protagónico de Francisco Petrone y Milagros de la Vega y "Un tal Servando Gómez", de1942.

EL PAPA FRANCISCO ARMO EL EQUIPO PARA ACERCAR LA IGLESIA A LOS HUMILDES


Ocho cardenales, de todas las regiones del mundo, fueron nombrados por el papa Francisco para reformar la Iglesia Católica. El grupo, que incluye a un cardenal chileno y otro hondureño, examinará los medios para revisar la Constitución  del Vaticano, Pastor Bonus, que establece las normas para el funcionamiento de la jerarquía de la Iglesia, tras los últimos escándalos.
El grupo está conformado por el capuchino Sean Patrick O’Malley, de Estados Unidos; Giuseppe Bertello, presidente de la gobernación de la Ciudad del Vaticano, Francisco Javier Errázuriz Ossa, de Chile; Oswald Gracias, de la India; Reinhard Marx, de Alemania; Laurent Monsengwo Pasinya, de la República Democrática del Congo; George Pell, de Australia; y Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, de Honduras.
Un obispo italiano, monseñor Marcello Semeraro, actuará como secretario del grupo.
El Papa Francisco ya ha estado en contacto con los cardenales elegidos y se reunirán por primera vez los días 1 y 3 de octubre, informó el Vaticano.
La Iglesia Católica se ha enfrentado a las demandas de reforma a raíz de los escándalos de abuso sexual de niños por parte de sacerdotes y las acusaciones de corrupción.
Según el periódico El País, el pontificado del primer Papa latinoamericano empezó un 13 de marzo, pero el inicio de su revolución hacia “una Iglesia pobre y de los pobres” tendrá la fecha de 13 de abril.
Refleja que sólo con leer los nombres que integran el consejo se puede sospechar el objetivo del Papa y es que en la lista está el arzobispo de Boston, O’Malley, uno de los cardenales más comprometidos en la lucha contra la pederastia en el seno de la Iglesia.
G.PELL
Para continuar, sólo hay un italiano, y no lo está por italiano pues la representación europea la ostenta el arzobispo de Múnich, Reinhard Marx, sino porque Bertello es el presidente del Governatorato de la Ciudad del Vaticano y representará a la curia. Bertello fue además nuncio de la Santa Sede en México, donde marcó distancias con el corrupto Marcial Maciel, el fundador de los Legionarios de Cristo, y su nombre suena como próximo secretario de Estado en sustitución de Tarcisio Bertone.
Los otros cinco cardenales tienen en común con el argentino Bergoglio que también son del fin del mundo pues Errázuriz es cardenal emérito de Santiago de Chile, Oswald Gracias es arzobispo de Bombay, Monsengwo Pasinya, es de Kinshasha, George Pell es de Sidney y Rodríguez es de Tegucigalpa y que asumirá la función de coordinador.
El consejo, según una nota difundida por el Vaticano, nace para ayudar al Papa “en el gobierno de la Iglesia universal y estudiar un proyecto de revisión de la Constitución Apostólica Pastor bonus”, promulgada por Juan Pablo II en 1988 y que regula la composición y competencias de los dicasterios y demás organismos del Vaticano.
Durante las discusiones previas al cónclave, Bergoglio advirtió ya que la Iglesia debía huir de su “narcisismo ideológico” y “salir hacia las periferias”

domingo, 21 de abril de 2013

ALFREDO ABALOS:cumple hoy glooriosos 75 años...!!!

Nacido en San Fernando, provincia de Buenos Aires, y radicado en Santiago del Estero desde hace más de 30 años. ALFREDO vio la luz el 21 de abril de 1938, cumple hoy glooriosos 75 años...!!!
Entusiasta propulsor de todo lo que es nuestra tradición, como también destacado investigador de la misma. Ha actuado en escenarios de todas las latitudes, interpretando siempre música y canciones nuestro país.
Es considerado uno de los mejores solistas del canto popular, es además excelente percusionista. Supo a través de toda su trayectoria artística mantener una línea definida, respetando por sobre todas las cosas, la verdadera esencia de lo nacional.
Fue premiado y distinguido en numerosas oportunidades, exhibe con orgullo la distinción que más satisfacciones le ha dado: la de ser considerado "Cantor Popular". Es reconocimiento a esto que a través de tantos años ha mantenido en alto la bandera de la Identidad Nacional, sin claudicar ni otorgar concesiones que tal vez le hubieran facilitado el camino del éxito.

ALFREDO ABALOS, UN AMANTE DE LO NUESTRO, UN "CANTOR POPULAR" COMO A EL LE GUSTA QUE LE DIGAN, UN HOMBRE INTEGRO, QUE NO SE DEJA DESLUMBRAR POR EL EXITO Y LA FAMA, ESOS DOS IMPOSTORES...!!!

martes, 16 de abril de 2013

Leguisamo solo

 Modesto Papávero era un italiano que llegó a la Argentina a mitad de la década de 1910, cuando era un adolescente. Pronto se interesó en la música y la poesía y se sumergió en el mundo del tango, una cultura que no era muy bien vista por las clases altas pero que de a poco se iba difundiendo y hasta podía ser un rebusque de dinero para algunos. Ya acriollado y rebautizado como Luis del Cerro, el hombre se enganchó para musicalizar una obra teatral llamada En la raya lo esperamos, de neta inspiración turfística. Para meterse en tema, concurrió al Hipódromo de Palermo a ver de qué se trataba la cosa. Ahí se tentó con un caballo llamado Rebenque, que preparaba Francisco Maschio y montaba un diminuto uruguayo, Irineo Leguisamo. El caballo ganó y la inspiración de Papávero, alias Del Cerro, retrató la llegada del ganador a la meta con la frase: “¡Leguisamo solo!” Tita Merello estrenó el tango y a los pocos días Carlos Gardel, amante de los burros, le pidió permiso al autor para cantarlo. Entonado por la voz prodigiosa del Zorzal Criollo, el tema pasó a ser un clásico de la música rioplatense.
Ese episodio sirvió para hermanar la canción porteña con las carreras de caballos y para afianzar una relación entrañable entre Gardel y Leguisamo. Este último solía señalar al cantante como su hermano del alma y nunca pudo evitar que las lágrimas le inundaran los ojos al recordarlo. Pero sería una injusticia creer que la fama del jockey se reduce a ser el destinatario de esos versos de Carlitos. Por el contrario, Legui fue el máximo protagonista de toda una época del turf nacional, en el que se destacó por su efectividad y por su vigencia. 
Leguisamo llegó a nuestro medio en 1922, con apenas 19 años, proveniente de su Uruguay natal y luego de haberse hecho famoso en Maroñas, el máximo escenario de ese país. Ya al año siguiente ganó la primera de las 21 estadísticas (tabla anual de mayor efectividad de los jockeys) que alcanzó en nuestro país, 14 de ellas de manera consecutiva. 
En aquellas épocas en que sólo había reuniones los fines de semana y por eso eran esperadas con gran expectativa (no había tantos hipódromos ni existía la gran oferta de juegos de azar que hay en la actualidad), Leguisamo logró una de sus mayores hazañas el 13 de diciembre de 1931, cuando venció en siete de las ocho carreras del día en Palermo (en la otra fue segundo). También dejó su sello al obtener el primer triunfo en la inauguración de San Isidro, en 1935. Sus triunfos en grandes premios se cuentan por decenas: 18 veces la Polla (nueve la de Potrillos y otras tantas la de Potrancas), diez el Carlos Pellegrini y once el Gran Premio de Honor, entre otros clásicos. Se calcula que en toda su trayectoria se impuso en 3200 de las alrededor de 12.700 carreras que disputó.
Además de su envidiable foja de triunfos, Legui entró en el corazón de los hinchas por algunas montas que hicieron historia. En 1940 condujo a la yegua La Mission a una hazaña hasta entonces sólo reservada a los caballos: la Triple Corona, integrada por la Polla de Potrancas, el Jockey Club y el Gran Premio Nacional (luego Máximo Acosta perfeccionó el logro agregándole el Pellegrini). Y en los años 50 condujo a Yatasto, que ganó 22 de sus 24 salidas a la pista: el día que dejó el invicto en San Isidro el asombro fue doble, porque no ganó el “caballo del pueblo”, como se lo llamaba, y también por la derrota de Leguisamo.
Ídolo de multitudes, precursor de una camada de grandes jockeys orientales que en años más recientes prolongaron Vilmar Sanguinetti y Pablo Falero, el gran Legui dejó otra marca histórica: ganó su última carrera a los 70. Fue un fugaz regreso para subirse a dos caballos que había comprado el cantante Palito Ortega, a quien quiso como el hijo que nunca tuvo con su esposa Memé. Fue por un pedido especial de Palito, quien no dejó que ningún otro jockey los condujera. En diciembre del 73, el uruguayo se subió en un mismo fin de semana a Bablino y a McHonor, los hizo ganar y se dio por cumplido. Ya había hecho mucho para que el grito “Leguisamo solo” lo acompañara por el resto de su vida.

Historias Del Turf


Cuento de hadas, casualidad, suerte? Quién lo sabe; quizá la historia de Ariana Than tenga una pizca de cada uno de esos ingredientes. Lo seguro es que su caso es ni más ni menos que la sal del turf. Pero conozcámoslo...
De pronto, Rubén Turín levanta la vista y ve una alazana llamativa. "¿Quién es?", pregunta. "Una Luhuk, pero está casi vendida", contesta Silvia Schonholz de Alfonso, dueña de la cabaña.
Frío polar. En el haras Masama, en Macachín, La Pampa, a mediados del 99, un grupo de propietarios mira productos. La piel no aguanta el fuerte viento; ni hablar de las manos, que no pueden siquiera dar vuelta las páginas del catálogo. El estudio termina y eligen un potrillo por Political Ambition.
Rubén no se da por vencido y retruca: "Si me la arrendás te compro otra potranca". Silvia analiza la idea y dice que sí.
El hombre ya tenía lo que había ido a buscar y ahora debía completar el lote con un relleno. Una yegua chiquita, de nombre Ariana Than, hija del ignoto Jonathan, es el nuevo crédito del stud 10 y 6, los colores de Turín y Marcelo Saborido, a los que se sumó Juan C. Drovandi, amigo de siempre, para integrar la sociedad. El precio: 2500 pesos, a pagar en diez cuotas.
Lo que sigue es fácil de imaginar. Ni el Political Ambition ni la Luhuk respondieron, y Ariana Than, la petisa de sobrante , les dio las mayores alegrías.Desde éxitos en clásicos cuadreros hasta su debut, con victoria incluida, en Palermo, hace pocos días.
No fue el primer caso de este tipo; tampoco será el último. ¿Cuento de hadas, casualidad, suerte? Qué les importa a Turín, Saborido y Drovandi, que viven un sueño gracias a la petisa que un día se llevaron de un haras, de relleno. Casi por casualidad y, por suerte, para disfrutar un cuento de hadas propio. .

lunes, 15 de abril de 2013

LA MALANCA A METROS DEL DISCO..............


La cantante Patricia Malanca presentará su primer disco titulado “La Malanca” el próximo miércoles 17 de abril a las 20,30 hs en el Centro Cultural de la Cooperación - Av. Corrientes 1543 Sala Osvaldo Pugliese.

Cuenta la artista que “LA MALANCA” es un disco conceptual, cuya selección temática no es  inofensiva, ni inocente; “al conquistar la igualdad, la mujer también conquistó la libertad de vivir las paradojas emocionales de las historias del tango, así como también la posibilidad de descubrir los matices que ofrece la expresión femenina al  revisionar el rubro”, expresó.

Esta producción busca trastocar y misturar afluentes musicales, dando una sonoridad clásica a los tangos nuevos del disco y una sonoridad contemporánea a los tangos clásicos. La producción estética explora en todos los matices vocales de la coloratura inusual de la voz de la intérprete y  entrega un equilibrio melodioso matizado con susurros,  efectos de voz rota y hasta una trama de terciopelo en los diferentes tangos, trabajo que se realizó modelando todas las posibilidades de una voz tan potente.

“Los tangos clásicos fueron trabajados mediante interpretaciones que apelan a la imaginación del que escucha, para asociarlos a escenas tan dispares como la del bar desolado de un pueblo polvoriento o para ensoñarlos sensuales acodados sobre un piano de cola, o para fantasearlos como una protesta en posición desafiante frente al pasaje completo de un colectivo en el tráfico urbano”, comentó Patricia.

“DARIA” es el primer corte del disco como síntesis del compromiso con la búsqueda de historias nuevas, contemporáneas, simples y con texturas naturales y frescas. El tango “TORRENTE” es la incursión en los clásicos que no fueron versionados por mujeres y que ofrecen cadencias cromáticas únicas. Y el tango “RENCOR” aborda con arreglos desafiantes, en los clásicos de dialéctica más potentes.
 
Estos tres conceptos se anudan a lo largo de todo el disco: La poesía contemporánea, los tangos clásicos y esas melodías ciudadanas atávicas que en esta obra, suenan novedosas renovadas en la voz de una mujer.

La obra utiliza como solapa separadora entre temas, los años de creación de las obras, y abre el disco con uno de las canciones que refleja la poética ciudadana de actualidad y que va  sumergiéndose, enhebrándose y emergiendo entre tangos de décadas pasadas. 

Patricia Malanca es una Intérprete de tangos con una formación y experiencia única y singular.  Sus apasionadas interpretaciones, han hecho vibrar a públicos del mundo en giras internacionales, tanto como al público local en los circuitos típicos de bares porteños. Patricia no es una actriz que canta tangos ni una cantante que actúa. Patricia es una cantora e intérprete del bajo fondo porteño, de la bohemia que se pegotea en los tacones, en los talones y en las vísceras. Su voz emerge con una coloratura única y quebrada por los aullidos del pavimento que acunó malestares en épocas de crisis social cuando se abocó a trabajar como profesional de la salud en instituciones vinculadas con la atención social de poblaciones marginales.
A lo largo de su trayectoria, ha participado de los típicos circuitos tangueros y ha actuado en todos los programas clásicos de tango en radio y TV de Buenos Aires, así como en festivales de todo el país, ha ganado los concursos representativos del género y ha realizado giras por Europa, Latinoamérica, Oceanía, Asia, y Japón. Pero su más inflamada magia brilla y luce en la bohemia de los cafetines de los márgenes, haciendo honor a la cuna de talentos donde el tango y ella se encontraron: los suburbios. 

viernes, 12 de abril de 2013

BAHIA BLANCA: HERNAN SALAS LLEVA TODO EL YEITE DEL TANGO A “REMEMBRANZAS”


El sábado 13 de Abril a las 22 hs se realizará el segundo encuentro del ciclo de tango “Remembranzas” creado por Dandy Producciones para la ciudad de Bahía Blanca.
Será en la tanguería “El Motivo” de esta ciudad (Brandsen 550) y contará con la presencia del gran cantor Hernán Salas, Rosana Soler junto a Sergio Giustini y Omar Olea con la pianista Gisela Gregori.

HERNÁN SALAS es dueño de una voz potente, con registro de barítono, y todo el "yeite" del tango, prototipo del muchacho porteño. Con muy buena voz y afinado, transmite con buena dicción y carisma.
Nació en el Barrio Porteño de Floresta, un 4 de octubre de 1965. Con apenas 8 años de edad surge la posibilidad de integrar el programa “El Tango del Millón”, el cual se emitía por el viejo Canal 11 (hoy TELEFE), conducido por el querido Juan Carlos Mareco.
Debuta un 11 de Noviembre de 1973, acompañado por los maestros Leopoldo Federico, Carlos Marzán y Roberto Grela.
Comienza así una carrera que incluyó compartir sets televisivos con figuras de la talla de Roberto Rufino, Argentino Ledesma, Edmundo Rivero, Enrique Dumas, Beba Bidart, Jorge Valdez, Armando Laborde, Jorge Sobral, María Graña, etc.
Formo parte del elenco estable del programa “Copetín de Tango”, que se emitió durante el año 2005 por el Canal 26. Asimismo, participó de programas televisivos como “Casino Show Internacional”; “Aguante tango”, “Tangueando en la zona Sur” y “Tiempo Provincial”.
En el año 2004, graba su CD llamado “Creciendo”, con el acompañamiento del cuarteto del Maestro Ricardo Cieri.
Actualmente actúa en las principales casas de tango de Capital Federal y realiza constantes giras por todo el país.

OMAR OLEA es un gran cantor de tangos y actor que derrocha simpatía en cualquier ámbito que se presente. Sus interpretaciones traen a la memoria al querido Jorge Valdez, con voz clara, dulce y excelente afinación. Cada actuación de Olea deja hermosas interpretaciones de piezas clásicas que todo tanguero quiere volver a escuchar con cuotas graciosas en sus comentarios y hondo sentir al cantar.
Es un artista completo y no reconocido suficientemente en la ciudad y el país, por eso Dandy Producciones lo ha sumado a  cada uno de sus proyectos tangueros.
Además de sus numerosas actuaciones en la ciudad y la zona, Olea fue protagonista de la Gala de Cierre del 2º Festival Nacional de Tango "Carlos Di Sarli" de Bahía Blanca por su talento e incondicional predisposición cuando se trata de trabajar con vocación.

ROSANA SOLER es una experimentada cantante whitense que con gran ternura sabe poner al tango la fortaleza necesaria del género.
Con interesante fraseo, bello timbre vocal y una paz que se trasmite involuntariamente, Rosana dice la música ciudadana con propiedad. Música que compartió desde muy jovencita con el maestro Hugo Marozzi quien la conservó durante años entre las mejores voces de su elenco. Ella fue la encargada de estrenar numerosos tangos del bandoneonista platense como: “Nuevamente” y “Programa de radio”, dedicado al reconocido Gustavo Gabí.

Hoy, habiendo capitalizado la experiencia de los años y el amor al tango que viene con el tiempo, Soler se sitúa entre las mejores intérpretes de la ciudad.

El cantor Omar Olea será acompañado por la pianista GISELA GREGORI, joven bahiense que ingresó al Conservatorio de Música de Bahía Blanca a los 10 años para no abandonar jamás los estudios y el perfeccionamiento. En 2002 Gisela fue convocada por el Maestro Mario Grossi para formar un trío, junto al cantante Pablo Gibelli, llamado “Miscelánea Trío”, de repertorio variado, y luego su cuarteto de tango donde este género entró definitivamente en su vida. Actualmente integra el cuarteto “Chiqué Tango”.

Por su parte, Rosana Soler será acompañada también en piano por SERGIO GIUSTINI, de vasta trayectoria en Bahía Blanca y la región que ha recorrido con su piano todos los escenarios del sur argentino, acompañando a artistas de primer nivel y variados géneros musicales. Actualmente, Sergio conforma la banda musical de Las Carabonas (dúo folklórico) y acompaña a cantantes de tango siendo su dupla ideal la que realiza con Rosana Soler.

jueves, 11 de abril de 2013

BAHIA BLANCA VOLVIO A LLORAR Y EMOCIONARSE CON CARLOS DI SARLI


La reparación histórica del Señor del Tango encuentra cerrado su círculo: libro biográfico, nuevo monumento en la Plaza del Tango de Bahía Blanca, cita infaltable cada 07 de enero en la esquina del que fuera su nido gaucho (frente al busto que lo inmortalizó en H. Yrigoyen y 12 de octubre), Festival Nacional de Tango con su nombre, permanencia en los salones de baile, reaparición en los medios masivos de comunicación y, ahora, documental sobre su vida y obra.

Una vez más, el maestro bahiense logró conmover los corazones de sus admiradores y simpatizantes, pero esta vez no fue sólo con su música sino también con imágenes, palabras, recreaciones de época, evocaciones realizadas a modo de homenaje en los último años y hasta su propia voz plasmadas en un excelente documental realizado por Alberto Freinquel.
Anoche, a las 20 hs se estrenó el documental “CARLOS DI SARLI, EL SEÑOR DEL TANGO” en el Teatro Municipal de Bahía Blanca, a sala llena, con entrada libre y gratuita. Sorprendía ver la cantidad de público joven en la platea que, por amor a la danza (tan característica de la música del maestro), por curiosidad o por interés temprano en las raíces musicales del país y la historia de la ciudad se acercaron a disfrutar de esta historia de vida.
La apertura fue brindada por una locutora oficial que agradeció a las empresas intervinientes en el proyecto producido por José Valle y Néstor Bacega, al público presente y a las instituciones gubernamentales que apoyaron el emprendimiento. Además hizo lectura de una carta enviada por María Amelia Gómez de DI Sarli donde la viuda del maestro explicó los motivos de su ausencia y agradeció profundamente la labor realizada con la imagen y el recuerdo de su esposo por parte de los realizadores.
Seguidamente, tomó la palabra Sergio Raimondi, Director del Instituto Cultural de Bahía Blanca, quien destacó el intenso trabajo del cineasta, expresó su alegría porque el estreno tuviera lugar en el marco de los festejos de los 185 años de Bahía Blanca y concluyó su discurso afirmando que las concepciones y los dichos sobre las ciudades no son inocentes, refiriendo al mote de “mufa” del que fue víctima el músico y consecuentemente la ciudad. “Que estemos hoy reunidos aquí nombrando a Carlos Di Sarli con todas las letras como debe ser, demuestra que los bahienses queremos nuevas historias”.
Esta conclusión dio entrada al director del documental, Alberto Freinquel, quien en un extenso discurso agradeció a todos los colaboradores del film e hizo un recorrido por el trabajo realizado desde el comienzo de la idea surgida del Dr. Eduardo Giorlandini en conversaciones con Bacega hasta la edición final con todos sus entremeses, dificultades y voluntades.
La proyección realizada por Miguel Ángel Thome duró 63 minutos, tiempo durante el cual el teatro en pleno mantuvo absoluto silencio y atención sobre la pantalla suspendida a metros del escenario. El cierre del audiovisual desprendió en los presentes lágrimas, emoción y un aplauso fervoroso y duradero que volvió a repetirse al final de los títulos.
Comentarios: muchos y todos buenos. Los concurrentes salieron “llenos” de la sala, con sus expectativas satisfechas por demás y agradecidos por el recuerdo y la reparación histórica realizada durante estos años por Dandy Producciones, completada magistralmente por Freinquel, Giorlandini, Bacega y colaboradores.

Rolando Chaves :UN RAMO DE VIOLETAS



Por las mañanas, los vecinos del barrio de Coghlan lo veían pasar con su pequeña Verónica de la mano. Caminaban juntos hacia la escuela y recitaban las letras de las obras que él estaba por presentar. "Me había enseñado una poesía en lunfardo súper complicada. Cada semana aprendía una nueva estrofa. «Era una paica papusa, retrechera y ratifusa, que aguantaba la marruza, sin protestar hasta el fin (…) »", relató Verónica, a 10 años de la muerte de su padre, Rolando Chaves.

Su verdadero nombre era Dagoberto Cochia. Nació el 18 de abril de 1919, en la provincia de Chaco, pero alcanzó la popularidad en la ciudad de Buenos Aires, donde exhibió su vocación y condición de artista. Comenzó su carrera en la radio, en momentos en que la imaginación montaba sus propias historias. Luego pasó por las tablas, la pantalla grande y la televisión.

Sin dudas, su personificación de Carlos Gardel en "El morocho del Abasto" (1950), de Julio C. Rossi, fue su mayor logro. En aquel film, sorprendió a los espectadores con su voz y su impecable interpretación. Tan similar fue el tono que consiguió, que la gente juraba que quien cantaba era Gardel. "Cuando se estrenó, el público pensaba que estaba haciendo play back y al finalizar, se dieron cuenta que era realmente su voz y lo llevaron en andas hasta el Obelisco", relata Verónica. La película estuvo seis meses en cartel, nada habitual para la época.

Sin embargo, no fue la única vez que logró revivir al Zorzal Criollo. Chaves fue el descubridor de "Cheating Muchachita", una canción que Gardel grabó en Nueva York, con el estribillo cantado en inglés. Transcurrido el tiempo, lo cedió a la empresa RCA Argentina, para la realización de un disco denominado "El Gardelazo". Justamente, fue él quien presentó en esa cinta, la historia de esta maravillosa melodía. RCA reconoció el hallazgo de este título, que constituyó "un misterio para entendidos, profanos y admiradores del gran artista".

Rolando participó en 14 films. Los más destacados fueron: "La Morocha" (1955), junto a Tita Merello; "Embrujo en cerros blancos" (1955), la primer película en colores de la Argentina; "Muchacho" (1970), con Sandro y "Delito de corrupción" (1991), donde ya se percibía una voz forzada. Y es que fue en ese mismo año, el comienzo de una enfermedad que obligó a los médicos, tiempo después, a quitarle las cuerdas vocales. "Admiraba de papá la fuerza que tenía. Cuando ya estaba mudo –relató su hija- seguía dando reportajes escritos. Y hay que pensar que él había trabajado toda su vida con su voz y ya no la tenía."

Dago, como lo llamaban afectuosamente, falleció el 11 de abril de 1995, durante una intervención quirúrgica que le permitiría volver hablar.

UN RAMO DE VIOLETAS

"Mamá moría de amor por papá. Escuchaba los radioteatros y miraba todas sus películas", contó Verónica. Cierta vez, Marta se enteró que Rolando Chaves se presentaría en un teatro cerca de su casa. Tomó su tapado largo color carmesí y partió a disfrutar de la obra, sin imaginar que cumpliría su sueño.

Rolando la vio desde el escenario e improvisó un sorteo para poder conocer a aquella rubia dorada de tapado rojo. La hizo subir a las tablas y le entregó, junto a un autógrafo, su número de teléfono. Ella cuenta que nunca le temblaron tanto las piernas. Al finalizar el espectáculo, él la acompañó a su casa.

Un mes después, Marta se animó a llamarlo y el día que lo hizo escuchó una vocecita que gritó: "papá, teléfono". Ella cortó desilusionada.

Sin embargo, no pasó mucho tiempo hasta que él la fue a buscar. Le llevó un ramo de violetas y le dijo: "Yo no te voy a mentir, me estoy separando de la madre de mi hija. Si no me reconcilio con ella, me caso con vos." Marta se quedó sentada en el andén, con las flores en la mano, llorando y pensando que esa novela que estaba viviendo estaba llegando a su fin.

Sin embargo, Dagoberto regresó. "Mi papá le dio un beso debajo de un árbol, mamá cortó la ramita y aún la conserva". La historia se transformó en realidad. Se vieron diez veces y se casaron. Tuvieron tres hijas; sin embargo, aquella nenita que había atendido el teléfono tiempo atrás, hoy, también forma parte de esa familia. .

miércoles, 10 de abril de 2013

SE ESTRENA HOY UN FILM DOCUMENTAL SOBRE CARLOS DI SARLI

Hoy  a las 20hs en el Teatro Municipal y en el marco de los Festejos del 185 aniversario de la Ciudad de Bahia Blanca se estrena el film documental "CARLOS DI SARLI EL SEÑOR DEL TANGO" Esta biografía abarca toda la vida de Carlos Di Sarli, desde su nacimiento en 1903 en una Bahía Blanca que ya florecía como gran ciudad hasta su fallecimiento en Buenos Aires en 1960, luego de una brillante carrera coronada de triunfos artísticos.
dirigido por Alberto Frenquel ,guión del Dr. Eduardo Giorlandini, ,la narración es de Juan Carlos Beltrán y producido por el historiador y productor musical José Valle.
Complementa la exhibición, una muestra de afiches sobre “El tango en el Cine Argentino” obra del historiador y coleccionista Julio Uyúa, que será expuesta en el hall del Teatro Municipal  únicamente el día del estreno.
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martes, 9 de abril de 2013

Juan Duarte: El don Juan del 40


Cuando la mañana del 9 de abril de 1953 el mayordomo Inajuro Tashiro entró en la habitación de su amo, en el quinto piso de la avenida Callao 1944, llevando la bandeja del desayuno, el espectáculo le erizó los pelos: Juan Duarte, secretario privado del presidente de la República, yacía en un charco de sangre, vestido con calzoncillos, camiseta, medias y ligas. Una flor negra ornaba su sien derecha.

No era una rosa sino un orificio de bala. Duarte estaba arrodillado ante la cama como si hubiera muerto mientras rezaba. En el suelo se veía un revólver Smith & Wesson calibre 38 y sobre la mesa de luz una carta manuscrita en la que se despedía de su cuñado y jefe, Juan Domingo Perón.

En cuanto se conoció la noticia, una ola de rumores se extendió por Buenos Aires. En 1952 había muerto Evita y el gobierno peronista enfrentaba muchos problemas, aunque aún faltaban dos años para que lo derrocaran los militares. El suicidio fue considerado un crimen de Estado, un ajuste de cuentas entre jerarcas, cómplices de turbias maniobras de corrupción, sobre todo vinculadas con el monopolio oficial de la exportación de carne. La víctima, Juancito Duarte, alias Pebete, era un antiguo vendedor de jabones que, a la sombra de su hermana menor, Eva Duarte, se había convertido en uno de los hombres más poderosos y ricos del país.

DE JUNÍN AL CIELO Y AL INFIERNO

Doña Juana Ibarguren, madre soltera, tuvo cinco hijos, todos reconocidos por el político de Junín Juan Duarte: Blanca (1908), Elisa (1910), Juan Ramón (1914), Erminda (1916) y María Eva (1919).

Juancito nunca descolló como estudiante, y en sexto grado dejó los libros, pero era estimado como muchacho simpático y pronto se destacó por su éxito entre las chicas. Fue muy compañero de sus hermanas y, rodeado como estaba por aquellos cuatro pimpollos, pronto aprendió a tratar con novios y festejantes. No tenía veinte años y ya se lucía por las calles de Junín a bordo de un convertible que le regaló el mayor Alberto Arrieta, novio de Elisa. A Juan le gustaban los chalecos de piqué blanco, jugar al billar e ir al prostíbulo.

En 1935, María Eva marchó a Buenos Aires al amparo del cantante de tangos Agustín Magaldi y Juancito, que estaba allí haciendo la conscripción, fue su escudero y compinche. De entonces le venía a Juan Duarte la fascinación por las mujeres de la farándula. Le parecía mentira que María Eva se codeara con aquellas luminarias de la radio: Anita Jordán, Ada Pampín o Rosita del Río. También solía llevar el instrumento de grandes músicos, por ejemplo el violín de Julio de Caro.

Cuando su hermana comenzó a codearse con empresarios y luego militares de cierto fuste, Juancito estaba atento para recoger las migas: en 1944, María Eva lo hizo nombrar inspector del Casino de Mar del Plata (aunque conservó un tiempo el puesto de corredor de Jabones Radical) y los hermanos se mudaron de un pequeño departamento en Carlos Pellegrini al 1300 a uno mayor en Posadas y Ayacucho. El 21 de octubre de 1945, luego de los acontecimientos que conmovieron al país, María Eva Duarte y el coronel Juan Domingo Perón se casaron por civil en Junín; fueron testigos Juancito y el coronel Domingo Mercante.

Después, todo fue una vorágine. En 1946, Perón fue elegido presidente y Juan Duarte pasó a ser el secretario privado. Su cara aparecía con frecuencia en las fotos de Perón, siempre en segundo plano. Eva, a medida que adquiría importancia en la vida del país, protegía a su hermano y, al mismo tiempo, en privado le reprochaba sus locuras, sobre todo los líos de faldas. "Portate bien, Juancito", era la invocación repetida de la Dama de la Esperanza a su hermano que, a las seis, tras una noche de farra, solía regresar a la residencia presidencial de la calle Austria y se encontraba con el general recién levantado, que lo invitaba a matear. Ocultando sus ojeras y su fatiga, Juancito acompañaba el madrugón del presidente fingiendo que también él salía de la cama.

Para Félix Luna, las comisiones y favores venales de Juan Duarte eran notorios: "Jamás tomó la menor precaución para ocultar sus movimientos y bienes malhabidos, puesto que el amparo de Evita parecía inconmovible". En Juancito había una especie de honestidad al revés: la corrupción no fue una trama malévola, sino un don natural que la Argentina peronista le regalaba por el mero hecho de respirar en esta tierra y de llamarse Duarte. "Nunca hizo mal a nadie", dirían después algunos de sus (pocos) amigos, pero entonces el país tornadizo y cruel ya lo había despedazado.

FANNY, ELINA, JUAN

Juan Duarte acompañó a Evita en el viaje a Europa (1947), se compró el departamento de Callao, una estancia, acomodó a sus amigos y parientes, acumuló bienes y mujeres sin siquiera detenerse a contar lo que tenía. Además del campo de Santa Marta (dos mil hectáreas y un muelle de doscientos metros sobre la laguna de Monte), departamentos, acciones, studs, autos, aviones y los célebres permisos de importación de coches extranjeros. Mediante el apoyo a empresas productoras como Epa, Emelco o Argentina Sono Film, Duarte y su íntimo amigo Raúl Apold, secretario de Prensa y Difusión, impulsaron el cine nacional, especialmente a aquellos productores, directores y artistas adictos al gobierno. Aquí, Juancito se movía en terreno peligroso: Evita, si bien se ocupaba de otras cosas, conocía el medio artístico a la perfección, y tenía algunas cuentas para cobrarse.

La historia de Juan Duarte dio un vuelco el 26 de julio de 1952, cuando el cáncer se llevó a Eva. El hada protectora de los pobres era también quien velaba por el Pebete, ese tarambana que nunca sentó cabeza. Perón, al margen del reconocimiento hacia un servidor que le fue leal hasta el fin, miraba con desconfianza a su cuñado, él que, a pesar de las habladurías, era un militar austero al cual terminaron por cansar las trapisondas de Juancito con las féminas.

Las actrices a las que Juan galanteó fueron muchas, con suerte varia. Les enviaba flores y bombones, las invitaba a su palco privado en el Tabarís, al paddock de Palermo o a bailar en el roof garden del Alvear. Si la cosa iba bien, las llevaba a alguna joyería como Ricciardi, Settecasi o Jean Pierre y les mostraba las colecciones para luego regalarles un solitario de diamantes. Durante años, vivió un triángulo amoroso con Elina Colomer y Fanny Navarro, dos divas muy populares.

Según la formidable biografía Fanny Navarro, un melodrama argentino (1997), de Carlos Maranghello y Andrés Insaurralde, la primera asumía el papel de amante y la segunda, el de novia; a los padres de Fanny Navarro solía invitarlos Duarte a su estancia de Monte. Toda esta historia puede seguirse por medio de los comentarios que, a la manera de un coro griego, publicaban en Radiolandia o Antena las columnistas de chismes del ambiente artístico como Valentina o Mendy (que era hermana de Elina Colomer).

La carrera de Fanny Navarro -una morocha que en su mejor papel protagónico, el que desempeñó en Deshonra , de Daniel Tinayre, mostró cierta veta de ensimismado delirio- se frustró al caer el gobierno. La militancia peronista y la relación con Duarte la condenaron al ostracismo: perdió sus bienes y hasta llegó a pasar hambre, debió trabajar en pequeños papeles humillantes para una ex primera actriz y terminó hundida en la locura. Murió a los 51 años, en 1971.

Juan Duarte le había enviado esta carta unos días antes de suicidarse: "Vidita. Le ruego me perdone, me voy solo al campo. Esta semana me han pasado cosas tan terribles que le doy las gracias a Dios por estar todavía en mi sano juicio. Por eso quisiera estar solo y si pudiera me iría tan, tan lejos como tan amargado estoy... Usted nada tiene que ver en todo esto, no es pena de amor, es desencanto, es terrible desazón, es asco a casi todo. Para usted un beso grande, como grande es mi deseo porque nunca tenga usted el clima que yo vivo desde hace tiempo, ni los pensamientos que me asaltan. Por momentos, pienso que ya mi cabeza no coordina más, que mis piernas aflojan porque también aflojan mis fuerzas y me quedo hasta sin alma. En una palabra, me muero, pero no termino de morirme. Juan".

EL GRAN CORRUPTOR

Las denuncias de corrupción salpicaron al gobierno de Perón desde el comienzo. El 3 de diciembre de 1949, en un intento por detenerlas, el presidente -que a su caída, en 1955, sería llamado por sus opositores el gran corruptor - había presentado su declaración jurada de bienes, aduciendo que sólo poseía la quinta de San Vicente, adquirida antes de llegar al poder, y sobre la que pesaba una hipoteca. Luego, las acusaciones arreciaron. Se decía que ciertos funcionarios del gobierno -y siempre estaba Juan Duarte en boca de todos- usaban los permisos de importación de automóviles (entonces no se fabricaban en el país) para llenarse de oro. La exportación de carne, que era un monopolio del gobierno, y para la que se adjudicaban cuotas, estaba sospechada de ser otra fuente de enriquecimiento ilícito. Al diputado radical Atilio Cattáneo, por ejemplo, que se encarnizaba en sus acusaciones, la mayoría oficialista le quitó los fueros y debió exiliarse en Montevideo para evitar la prisión.

Las críticas se multiplicaron tras la muerte de Evita. A la salida de un acto en el Teatro Colón, la actriz peronista Malisa Zini se acercó al presidente y, a los gritos, antes de que los guardaespaldas la alejaran, le recordó que lo rodeaban muchos corruptos. Perón la citó a la residencia de Austria y allí la Zini le dio un detallado informe.

El presidente encargó al general León Bengoa que investigara. El 8 de abril, Perón habló por radio: "Irá a la cárcel hasta mi propio padre si es ladrón", clamó. Todo el mundo entendió que se refería a su cuñado. Ese mismo día, Bengoa allanó la caja fuerte de Juancito en la Casa Rosada y se llevó todos los documentos, mientras la ciudad hervía de rumores.

Duarte escuchó el discurso en su coche, mientras volvía a su departamento de Callao, y supo que todo había terminado.

LA CARTA A PERÓN

¿Qué sucedió en el quinto piso de Callao 1944 la noche del 8 al 9 de abril de 1953? Hubo un desfile de jerarcas: estuvieron Apold; Héctor Cámpora, presidente de la Cámara de Diputados;, Osvaldo Bertolini, casado con otra Duarte, que también trabajaba en la Presidencia; Ramón Subiza; Raúl Margeirat, jefe de Ceremonial; el canciller Jerónimo Remorino. En suma, los amigos de Juancito, que trataron de mediar en la crisis.

"Bebimos unos tragos de whisky -narró luego Bertolini- y cuando nos despedimos, a eso de las dos y media de la mañana, Juan Duarte me tomó de los hombros y me clavó la mirada: Andate derecho a casa , me dijo. Yo no entendí muy bien el sentido de esas palabras. Pero al día siguiente comprendí todo... Juancito se había pegado un tiro en la sien."

El juez Raúl Pizarro Miguens dictaminó que era un suicidio. Para la opinión pública, se trataba de un asesinato, y cuando el golpe de Estado derrocó al gobierno, en 1955, una comisión investigadora presidida por el capitán de fragata Aldo Luis Molinari reabrió la causa. Entre los muchos elementos dudosos, sobresalían dos: la madre y una de las hermanas del muerto se presentaron en Callao 1944, horas después del hecho, y mientras intentaban ver el cadáver, pronunciaron estas palabras que muchos oídos escucharon: "¡Lo asesinaron! ¡Lo mató Apold!" Una vecina que vivía en la vereda de enfrente de la avenida Callao, vio en la madrugada que un auto estacionaba frente al Nº 1944 y que varios hombres sacaban un cuerpo inerte y lo introducían en la casa.

En la mesa de luz del muerto se halló la siguiente carta manuscrita: "Mi querido general Perón: la maldad de algunos traidores al general Perón y al pueblo trabajador, que es el que lo ama a usted con sinceridad, y los enemigos de la Patria, me han querido separar de usted, enconados por saber lo mucho que me quiere y lo leal que soy... He sido honesto y nadie podrá provar (sic) lo contrario. Lo quiero con el alma y digo una vez más que el hombre más grande que conocí es Perón... Me alejo de este mundo azqueado (sic) por la canalla, pero feliz y seguro de que su pueblo nunca dejará de quererlo. Cumplí como Eva Perón, hasta donde me dieron las fuerzas. Le pido cuide de mi amada madre y de los míos, que me disculpe con ellos que bien lo quieren. Vine con Eva, me boy (sic) con ella, gritando Viva Perón, viva la Patria , y que Dios y su pueblo lo acompañen siempre. Mi último abrazo para mi madre y para usted. Juan Ramón Duarte. P. D. Perdón por la letra, perdón por todo".

Cuando Pizarro Miguens le llevó la carta a Perón, el comentario de éste fue: "A ese muchacho lo perdieron el dinero fácil y las mujeres. Tenía sífilis".

Para Molinari y para quienes sostenían que Duarte había sido asesinado, la carta a Perón fue falsificada. Se basaban en que una fotocopia fue retocada por la SIDE para disimular los errores de ortografía y ese original manipulado se publicó en todos los diarios.

Alicia Dujovne Ortiz, en Eva Perón. La biografía , publicada en 1995, recoge esa hipótesis y desecha la tesis del suicidio, admitida en cambio por Félix Luna. Un juez nombrado por la Revolución Libertadora, Jorge Franklin Kent, revisó en 1958 la causa y convalidó lo actuado por Pizarro Miguens. Félix Luna incluso culmina la narración del suicidio con estas palabras: "... en un gesto que salvaba su vida de chorrito fácil, tomó el revólver..."

DEL KITSCH A LA TRAGEDIA

La muerte de Duarte sacudió al país. Nadie creyó en la versión oficial. Se decía que a Juancito lo habían matado por la espalda cuando trataba de huir del país junto a Elina Colomer, que le habían pegado cinco tiros en la espalda, que el cadáver no era de Duarte, que se hallaba sano y salvo en Suiza...

Bajo el influjo de esa muerte, el 15 de abril de 1953 la CGT convocó a un acto en la Plaza de Mayo. Estallaron bombas que mataron a varios manifestantes. Esa noche, las turbas incendiaron el Jockey Club y la Casa del Pueblo.

Una de las obsesiones de la Revolución Libertadora fue demostrar que Juan Duarte había sido asesinado. La comisión investigadora Nº 58 fue presidida por Molinari, pero en realidad estaba dirigida por Próspero Germán Fernández Alvariño, conocido como el Capitán Gandhi, que ordenó cortarle la cabeza al cadáver, con la excusa de analizar el orificio de la bala.

La necrofilia antiperonista de este personaje, autocalificado leoncito de Dios , se cebó en los restos del secretario privado de Perón, repitiendo la suerte que corrieron los despojos de Evita. Durante uno de los interrogatorios a que fue sometida Fanny Navarro, el Capitán Gandhi mandó traer la cabeza tapada, que descubrió súbitamente ante la actriz. Esta se desvaneció. Jamás pudo recuperarse de ésta y otras sevicias.

La sucesión de Juan Duarte, tramitada ante el Juzgado Nacional en lo Civil Nº 16, indagó los bienes que estaban a nombre del finado y sólo encontró 80.000 pesos, una suma insignificante para la época, dos autos y un avión. "Todo el mundo sabía, o al menos presentía, que era titular de varios cofres en bancos locales. ¿Para qué los había alquilado si no tenía nada que poner?", se preguntaba una revista de la época. "¿Adónde fue a parar su fortuna?" Nadie en su sano juicio ha pensado en erigir ningún monumento a Juan Duarte, un antihéroe que más bien llama al olvido. Tampoco su vida ha merecido que se ocuparan de él grandes músicos o escritores, salvo el modesto folletinista Eloy Rébora, que le dedicó un libro de quiosco titulado Prontuario de un perdedor . Aunque seguramente esa vida interesó a Manuel Puig, un confeso admirador de Fanny Navarro, sobre la que quiso escribir. Y quizás escribió, pues el Juan Carlos Etchepare de Boquitas pintadas es como un Juan Duarte al que la tuberculosis hubiera preservado, al matarlo joven, de la impiadosa historia.

A Juan Duarte lo atrapó la sífilis -hoy sería el SIDA-, ese castigo para el pecador. Fue un módico galán de pueblo, un pebete argentino que confundió su billetera con la del país: historias que terminan mal, como un monólogo de Catita, la creación cómica de Niní Marshall, en el que se filtraran algunas frases de Macbeth.

miércoles, 3 de abril de 2013

Un 3 de Abril de 1905 Se funda Boca Juniors


Santiago Sana, Alfredo Scarpatti, Esteban Baglietto y los hermanos Juan y Teodoro Farenga, cinco jóvenes que integraban un equipo de amigos del barrio de inmigrantes italianos de La Boca llamado Independencia Sud, decidieron constituir algo mucho más
formal que eso. El sábado 1° de abril de 1905 se reunieron en la Plaza Solís para darle forma al proyecto y, al día siguiente, lo
hicieron en la casa de Baglietto. Las discusiones sobre el color de la camiseta fueron subiendo de tono y la madre del anfitrión, quien estaba tomando el té con otros matrimonios amigos, les solicitó amablemente que se retiraran del lugar. Los muchachos volvieron a la plaza ubicada en las calles Olavarría, Suárez, Gaboto y Ministro Brin para seguir deliberando.Descartados los nombres de Hijos de Italia y Estrellas de La Boca, Santiago Pedro Sana tuvo el honor de denominar al nuevo club que estaba naciendo como Boca, y le agregó el Juniors con ese toque inglés típico de la época. Pero fue el lunes 3 de abril de 1905 cuando se designó la primera comisión directiva en la casa de los Farenga. Nacía una historia de pasión popular pocas veces vista que perdura y perdurará eternamente en los corazones de una legión de simpatizantes que ya están diseminados por todos los rincones del mundo.El primer presidente de Boca, elegido ese mismo día, fue Esteban Miguel Baglietto. La Secretaría tomó domicilio transitorio
en Pinzón 267 (la casa de los Farenga) pero luego se trasladó a Suárez 531, y el primer campo de juego fue el mismo que utilizaba
Independencia Sud, en Pedro de Mendoza y Colorado (hoy Benito Pérez Galdós). La primera camiseta fue de color rosa pero las cargadas de los otros equipos del barrio hicieron que rápidamente se la cambiara por una blanca con rayas azules verticales que no tuvo consenso. Fue así que en 1907 y ya con muchos adeptos y socios del club, Juan Brichetto, que trabajaba en el puente dos de La Boca, vio los colores de la bandera de un barco sueco que entraba al puerto de Buenos Aires (el "Drottning Sophia"). Así fue como se le ocurrió adoptar el azul y el oro para siempre.
El escudo:

A lo largo de toda la historia, el Club Atlético Boca Juniors tuvo cinco diseños de escudos diferentes. El primero se instauró en 1922 y se utilizó hasta 1955. Era de fondo blanco con las iniciales CABJ en amarillo y azul, y una franja también amarilla en forma horizontal.

Luego, con motivo de la celebración del 50º aniversario, pasó a ser azul marino con la franja amarilla en el medio y las iniciales en color negro. Se agregaron en ambos costados una hebra de laureles.

En la década del sesenta desaparecieron los laureles, se agregó un contorno negro y se modificó la sigla CABJ por la palabra Boca Juniors.

En 1970 se regresó al modelo del ’55 (pero sin los laureles): se mantuvo el contorno de color, retornaron las cuatro iniciales y aparecieron las estrellas, en representación de los 20 títulos obtenidos hasta ese momento. Las estrellas debieron haberse incluido en 1932 cuando Boca, en la Reunión de Comisión Directiva del 18 de octubre de ese año, decidió “la inclusión en la Bandera y el Escudo, en carácter oficial y de forma permanente, sobre la franja central, una estrella por cada campeonato obtenido por la institución y por acontecimientos deportivos que por su significación puedan equipararse”.

Además, el estatuto del Club indica que debe aprobarse por la Asamblea de Representantes la inclusión de cada nueva estrella para ser incorporada al escudo.

En el segundo semestre de 1996 se produjo la última modificación, que estuvo a cargo del estudio de diseño Shakespear.Se suprimió la franja amarilla y la sigla CABJ se estableció en tipografía College, que se adaptó como institucional del club.

La camiseta de Boca ha sufrido una incesante modificación en sus modelos a lo largo de la historia. Sus colores, en cambio, sólo variaron en los dos primeros años de vida pero, a partir de 1907, el azul y oro quedó impregnado en la piel de los Xeneizes hasta estos días.

Cuenta la historia que en abril de 1905, apenas fundado el club, la primera camiseta fue de color rosa pero las cargadas de los rivales fueron tales que tuvieron que sacarla de circulación rápidamente. Los hermanos Farenga, dos de los cinco iniciadores de esta pasión, le encargaron a su hermana Manuela que confeccionara, entonces, un nuevo modelo. Cosida a mano, fue de color blanco con tres anchos bastones verticales negros. Pero como tampoco tuvo demasiado consenso entre los integrantes del club, duró bastante poco. Antes de finalizar el año, Boca tenía una nueva casaca, esta vez de color celeste en su totalidad. Sin embargo, al año siguiente jugaron un partido contra Nottingham de Almagro, que utilizaba una tan similar que en ese encuentro se puso en juego la continuidad de la camiseta. Boca perdió y volvió a lucir los colores blanco y negro, pero esta vez las franjas verticales eran múltiples y finitas con una pechera a rayas horizontales, y con la novedad del cuello y los botones.


En 1907 se tomó la decisión de volver a elegir nuevos colores pero lejos estuvieron en ponerse de acuerdo. Entonces, Juan Brichetto tuvo la idea de ir al Puerto y esperar que pasara el primer barco para tomar los colores de la bandera de navegación del mismo. Todos aceptaron y se dirigieron al Puente dos. El primer buque que apareció fue el Drottning Sophia, y los suecos colores azul y amarillo terminaron en el corazón de los Xeneizes.

La primera camiseta con los actuales colores no fue como la que se conoce habitualmente y que marcó tantos años de gloria. Era de fondo azul y con una banda dorada en diagonal, de derecha a izquierda. Recién en 1913, cuando Boca jugó en Primera División, utilizó la camiseta que lo viene acompañando hasta ahora aunque con diversas variaciones en las tonalidades, fundamentalmente en el azul, a lo largo del tiempo.

Desde 1922 y hasta 1935, usó un color celeste fuerte, casi azul, con la solapa acordonada y el amarillo tradicional. En 1936 vuelve al azul oscuro y con cuello cerrado hasta 1981. Siempre, por supuesto, con la franja oro en forma horizontal. En esos 45 años las únicas variaciones fueron en 1940, cuando usó la camisa abotonada y, en 1955, cuando lució el escudo de la AFA por haber sido campeón el año anterior.

A partir de 1981, los diseños de las camisetas fueron variando. En ese año, tuvo cuatro estrellas amarillas en el lado del corazón con las siglas del club en cada una de ellas. Además, por primera vez, colocó en las mangas dos rayas oro desde el hombro hasta el puño. En 1983 utiliza publicidad en el pecho por primera vez en la historia: Vinos Maravilla fue su primer sponsor.

Luego, año a año fue cambiando de marca. En el 1995, la camiseta agregó un nuevo color: el blanco. Eran dos líneas finitas horizontales que dividían el azul del amarillo. Ante la férrea oposición de los socios que adujeron que en el Estatuto del club figura que la camiseta "será azul con una franja horizontal de color oro", al año siguiente se la eliminó definitivamente. De allí en más, muchos diseños fueron surgiendo pero siempre manteniendo la cromática y la letra estatutaria.

Las medias y el pantalón también conocieron diferentes modelos a lo largo de la historia. Aquellas fueron todas azules, todas amarillas y combinadas, y estos nunca dejaron el azul pero el color oro fue mutando en tamaño y en sus apariciones. Un pantalón muy curioso fue el que usó a principios de los años setenta: adelante todo amarillo y detrás todo azul.