viernes, 22 de marzo de 2019

Titanes en el ring

Martín Karadagian comenzó sus espectáculos de lucha en 1962. El Programa era emitido por Canal 9 y de inmediato atrajo gran cantidad de público, tanto grandes como chicos.
 Titanes en el Ring no era el único programa que ofrecía catch por televisión. Esa temporada otra dos emisiones competían por el favor del público: Demonios del Ring y Lucha libre profesional. Ese mismo año, una encuesta de la revista Tía Vicenta, construida con el voto de los lectores, ubicaba a Titanes... en el sexto lugar de preferencia, en una grilla que encabezaban Dr. Cándido Pérez, una tele comedia protagonizada por Juan Carlos Thorry, y Viendo a Biondi, humorístico del genial Pepe. El ciclo se mantuvo en el aire con intermitencias hasta 1988, muchas veces éxito absoluto de rating, con pico notables en noviembre de 1972 con la famosa pelea en el Luna Park entre Martín y la Momia.
Varios personajes míticos salieron de esa verdadera cantera circense, alguna vez compuesta por 75 individualidades: el indio Comanche, poseedor de los implacables "dedos magnéticos"; el estilizado y correcto Caballero Rojo (Humberto Reynoso;i); el ancho Rubén Peucelle; la misteriosa y casi imbatible Momia ; William Boo, el árbitro más malo del mundo; Pepino, el payaso; y otros muchos nombres más (el enigmático Hombre de la barra de hielo; la Viudita misteriosa, por ejemplo) pasaron a formar parte de las preferencias del público, en su gran mayoría infantil, aunque, como no pocas veces confesó Karadagian, no eran pocos los adultos, algunos con rango gubernamental, que lo llamaban para que les consiga alguna ubicación.
Mister Chile entraba al cuadrilátero y hacía bailar los pectorales y los bíceps como si tuvieran vida propia, faltaba que hablaran. Después, y antes de luchar, se sentaba a un piano de cola y tocaba la Para Elisa, que dicha de corrido y para los que no sabían nada de Beethoven, sonaba a toma grecorromana: “la paraliza”. Un astro. La “paraliza” que tocaba en el piano blanco de cola se relacionaba con los “dedos magnéticos” del Indio Comanche. Ningún otro luchador tenía los dedos magnéticos como este indio de Berazategui que hacía recordar al Toro del Enmascarado Solitario. Un misterio, porque todos envidiaban esta toma que no requería gran esfuerzo pero que paralizaba ipso facto con sólo apoyar los dedos en el cuello del adversario. El tipo quedaba duro como gallina hipnotizada. En aquella televisión casi amateur, comparada con la actual, Titanes en el Ring aportaba su poderosa carga de fantasía, con reflejos fugaces de la realidad, como el Mercenario Joe, de los malos (“no te quiere ni tu padre ni tu madre” decía la canción), o Tenembaun el campeón israelí, de los buenos.
Recordemos aquellos momentos cumbres cuando Martín aplicaba 'el cortito', ese golpe decisivo que llegaba a
estremecemos detrás del televisor. Y el grito nacía en las tribunas y seguía en el líving de casa: Cor.ti.to! Cor.ti.to!
Un corto golpe con el codo y ...victoria asegurada!
Además de la televisión, los Titanes hacían presentaciones en los clubes de barrio, en los boxing o en las canchas de fútbol

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